Hace unos días visite el espacio de Maggie, me llamaron la atención sus “Boquerones a la moruna” los cuales imito en esta receta.
Ocurrió que justo el día que fui a comprar los boquerones no habían en el supermercado, pues a falta de boquerones, buenas fueron unas sardinas.
La receta es muy simple, una forma diferente de comer pescado puesto que lo habitual es pasarlo por harina o por harina y huevo, pero con un ligero punto picante no lo había visto nunca y creo que la experiencia se repetirá, a pesar de ser poco pescaderos en casa.
Ingredientes (2 personas):
300 g. de sardinas
2 ajos
Orégano
Pimentón picante
Perejil
Harina
Sal
Preparación:
Quitaremos las escamas, las cabezas y sus raspas a las sardinas.
Pelamos y picamos muy finitos los ajos.
Mezclamos los ajos con el orégano, el pimentón picante y el perejil también picado fino.
Ir colocando en un plato capas de sardinas, e ir sazonando con nuestra mezcla de especias, capa a capa las sardinas.
Se dejan reposar una hora en el frigorífico, para que adsorban los sabores.
Se pasan las sardinas por harina y se fríen en aceite caliente.
Conforme vamos friéndolas, las colocamos sobre papel de cocina para que pierdan el exceso de aceite.
Servir calentitas.