El origen y empleo de tisanas y de infusiones para tratar ciertas dolencias o, simplemente, para tomar como una bebida de sobremesa, es muy antiguo. Lo que es mucho más moderno es la aparición de numerosas variedades de estas infusiones, logradas a partir de la combinación de distintas plantas y que cada vez están más extendidas y arraigadas en la sociedad.
Muchos son grandes defensores de la toma de estas bebidas, pues, al contrario que los medicamentos, no tienen ninguna contraindicación y son enteramente beneficiosas para la salud. En concreto, las propiedades de la tila y la manzanilla son conocidas por prácticamente todos y nadie duda en recomendarlas para casos de malestar concretos.
Tradición y modernidad
Muchas leyendas y cuentos asocian el conocimiento exclusivo y empleo de las plantas y las infusiones a las brujas y magos. Lejos de toda esta ficción, en la actualidad hay cientos de expertos que se encargan de su recolección. Lo que sí ha ido variando a lo largo del tiempo ha sido el trato posterior de estas plantas, así como el formato con el que se presentan, dónde se venden y las variedades que han surgido de las infusiones iniciales.
Actualmente es extraño consumir tila o manzanilla empleando directamente la planta. Ahora es más común adquiridlas en cajas que contienen sobres y que podemos encontrar en cualquier supermercado. De esta moderna forma no se pierde ninguna propiedad, como nos explican desde los laboratorios Sanor, especializados en la elaboración de las infusiones y tisanas de plantas medicinales de la marca Susaron, ya que se cuida hasta el mínimo detalle.
Otro adelanto más que encontramos en el mundo de la tila y la manzanilla es la combinación de estas dos plantas con otras para obtener nuevos sabores y aumentar sus propiedades. Así lo demuestran desde Pompadour, con la existencia de variedades como la manzanilla-menta o la más conocida, la manzanilla-anís. También destaca la tila-menta que no sólo es ideal para problemas nerviosos, sino también catarrales.
Tranquilidad y bienestar
La tila y la manzanilla son dos infusiones cuyos sabores no son de los más exquisitos que podemos encontrar en cuanto a estas bebidas se refiere. Es por ello que generalmente se acude a ellas por tradición cuando se presentan dos síntomas muy claros: nerviosismo y dolor de estómago. Sin embargo, no sólo sirven para estos estados generales, sino que se pueden emplear para otros casos más concretos.
Los expertos de los laboratorios Sanor, comentan que ¿la tila tomada como infusión, tiene propiedades sedantes, tranquilizantes y antiespasmódicas¿. Es por ello que sea aconsejable, por ejemplo, para ¿administrarse a los niños que no duermen bien¿. Los expertos nos explican que, incluso, se puede usar añadiéndola al agua del baño, de tal manera que ¿realizaremos un baño relajante que, además, calma y alivia las pieles irritadas¿.
La manzanilla puede usarse tanto interna como externamente. Así, como matizan los especialistas de Sanor, ¿su uso externo es como antiinflamatorio, cicatrizante y aséptico¿, entre otros. En cuanto a su uso interno, ¿por sus propiedades aperitivas, digestivas y coléricas¿, es perfecto para todo tipo de problemas intestinales e incluso ginecológicos. Los expertos nos aclaran que el nombre genérico de la planta es ¿Matricaria, que deriva de matriz o útero¿.
A pesar de todos los cambios que se hayan podido producir, la tila y la manzanilla, las dos infusiones más reconocidas de todas, siguen siendo igual de consumidas. Es extraño que nadie sepa asociar su nombre a sus ventajas o que alguien no tenga un poco de esta infusión, bien en planta o en el moderno formato sobre, en su casa.