Ya sé que estoy desaparecida desde finales de noviembre y que iba siendo hora de que diese señales de vida. Tengo el blog abandonado pero eso no quiere decir que haya estado inactiva.
¿Qué pudo ocurrir para que haya estado tan quietecita?. Pues que me quedé sin horno. Como leéis. Y aunque no pasó demasiado tiempo hasta tener uno nuevo, sí el suficiente para no haber publicado. Y algo más, como ahora anochece enseguida y la luz de mi cocina no es la más adecuada para hacer fotografías pues la verdad es que lo que tengo hecho tiene un montón de fotos con una imagen deplorable, con sombras, brillos, claroscuros, en fin… un desastre. Aún así, después de muchas dudas voy a mostraros lo que he elaborado estos días porque creo que en esencia y aunque las imágenes no ganen un premio de fotografía, sí que muestran el trabajo que he hecho y que quiero compartir.
Este es el primer año que me he decidido a hacer las tres recetas que veréis estos días.
Me obsesioné, pero literalmente, con la idea de hacer turrón y como siempre, consultando y consultando, en la web de Megasilvita (recomiendo que deis una vueltecilla por ella y fisguéis a placer), encontré dos turrones que escogí hacer. Hoy os enseñaré el de guirlache.
Ingredientes:
250 grs. de azúcar
1 cucharadita de zumo de limón
200 grs. de almendras tostadas
Aceite suave para embadurnar el molde
Elaboración:
Las almendras tienen que estar tostadas. Como compré las mías sin tostar tuve que empezar por este paso precalentando el horno a 200ºC ,con calor arriba y abajo y en una bandeja de horno a la que puse papel de hornear. Las almendras tienen que quedar bien extendidas. Las metí en el horno y en unos minutos comenzaron a tomar un color dorado muy suave, removí y las dejé unos minutos más. Cuidado aquí porque un fruto seco muy tostado puede fastidiarnos el resultado.
Compré un molde de turrón de acero ya que tiene que soportar temperaturas muy altas, no olvidemos que el guirlache es básicamente caramelo. Lo engrasé bien con el aceite para que al desmoldar, el turrón pueda salir sin dificultad.
Puse un cazo a fuego medio, si lo ponemos muy alto se puede quemar y después amarga. Añadí el azúcar y el zumo de limón. Ahora es necesario tener cerca nuestro termómetro de cocina porque la temperatura que alcance es importante.
Es importante también, no remover el caramelo cuando se está haciendo con una cuchara o cualquier otro utensilio ya que puede cristalizarse. Cogeremos el cazo por el mango y removeremos con movimientos circulares. Esta operación se hace tantas veces como creamos necesaria para que se vaya dorando de forma homogénea.
El azúcar tiene que alcanzar 180ºC y queda un caramelo perfecto y sin grumos.
Retiramos del fuego y removemos un poco con una cuchara, después hay que agregar las almendras, continuamos removiendo para que se impregnen bien los frutos secos del caramelo y vertemos en el molde engrasado. Para poder dejar la tableta bien lisa me ayudé del reverso de una cuchara untada del mismo aceite.
RECOMENDACION MUY, MUY IMPORTANTE: NUNCA, EN NINGUN MOMENTO Y BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA TENEMOS QUE TOCARLO CON NUESTRAS MANOS. ESTAMOS MANIPULANDO CARAMELO A CASI 200ºC.
Dejaremos enfriar y ya podremos desmoldar.
Consejo: Cuando hayamos desmoldado si no lo vamos a comer enseguida envolvedlo, plastificarlo o envasadlo al vacío ya que el caramelo se pone pringoso.
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