No tengo explicación alguna. Los turrones en las estanterías casi agotados, pocos adornos de navidad, jersey de lana en oferta y en la radio hartos de poner los villancicos de Navidad. ¿Es esto cierto? Son las 11:37 de la noche y yo estoy escribiendo esta publicación para que mañana por la mañana este en sus pantallas bien temprano. Se me ha venido el tiempo encima. Lo reconozco. ... Reconozco que no me paré a pensar ni un segundo a finales de Noviembre en las recetas que tenía que hacer de Navidad. Pero también he de reconocer que no he tenido tiempo ni de parar a pensar, ya que ese tiempo que debería de a ver parado a pensar y reflexionar sobre mi blog, he decidido pararme a pensar durante ese tiempo en matemáticas, en física y química, en biología, en literatura, en cultura científica, en filosofía, en inglés y hasta en educación física.
Si señores, habéis leído bien. Educación física. Lo he añadido también a mi lista de pensar ¿sabes por qué? Pues te explico. He tenido que hacer tres exámenes en dos semanas. Sí, tres exámenes. Recuerdo perfectamente que hasta el año pasado decía que era mi asignatura preferida. Pero nunca me paré a pensar en un examen de educación física ¿Y tú? Bueno, pues que quede claro que saqué un 9 en la evaluación. ¿Sabes que quiere decir eso, no? Efectivamente, nunca he sacado un 9 en educación física. Creo que me arrepiento de decir que no me gustaba, oiga.
La asignatura que me tiene atragantado es física y química. En serio, no me baja. La primera evaluación: química, la segunda evaluación; química y la tercera evaluación: física. ¡Por fin! Parece mentira que tenga que esperar 2 evaluaciones para que llegue. En serio, no se que tiene química que la odio. Física es mucho más sencillo, te aprendes, por ejemplo, la fórmula de la fuerza centrífuga y la aplicas al problema. No me tengo por qué aprender 8 mil elementos químicos para hacer un problema en el que me preguntan 1. En fin, que tengo claro que el próximo año cojo física. Digan lo que digan.
Entonces, ¿te queda claro el hecho de mi ausencia?
Espero que sí :)
Hoy te traigo una receta que está muy bien para estas Navidades. No es una receta nada novedosa en las Navidades, pero está claro que como el turrón casero no hay nada.
Me imagino que estas pensando que como se hace este turrón tan blanco. Reconozco que a simple vista parece bastante complicado, pero te aseguro que es mucho más sencillo de lo que parece. No te preocupes, te aseguro que es realmente fácil. ¡Qué el miedo no te supere NUNCA!
¡Vamos con la receta!
Turrón francés
(Receta adaptada de Passion4baking)
100 g de avellanas
200 g de almendras
4 claras de huevos L
200 g de miel
250 g de azúcar blanco
170 g de glucosa
80 ml de agua
Pon las claras en el bol de la batidora. Reservar.
En un cazo, añade el azúcar, el agua, la miel y la glucosa. Calienta todos los ingredientes a fuego medio y no dejes de remover. Remueve constantemente hasta la mezcla haya alcanzado unos 122º o hasta que observes que todos los ingredientes están en estado homogéneo. A continuación, empieza a batir las claras. Cuando las claras empiecen a estar espumosas, agrega el caramelo en forma de hilo sin que llegue a tocas las varillas. Bate durante 5 minutos.
A continuación, cambia las varillas por la pala y comienza a batir a velocidad media durante 10 minutos. Ayúdate de un secador para terminar de secar el turrón.
Pasados los diez minutos, engrasa un molde rectangular o tápalo con papel vegetal. Pon el turrón en el molde y tápalo con un trozo de papel vegetal previamente engrasado. A continuación, aplana la superficie del turrón con la ayuda de un rodillo.
Ponlo en la nevera y deja que endurezca por completo. Luego, cortarlo en tiras. ¡A disfrutar!
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