Nunca está demás descubrir tesoros escondidos, mucho más si los tenemos tan cerca que apenas reparamos en ellos. La I Jornada de Oliva Virgen de Madrid es una de las iniciativas que la Comunidad ha puesto en marcha para dar a conocer a los consumidores el oro líquido que se produce en los campos de la región. Sus fértiles tierras, en un segundo plano económico debido a la importancia que tiene la capital desde el punto de vista industrial, comercial y turístico, nos proporcionan un aceite de gran valor gastronómico y reconocida calidad.
En la jornada, donde estuvieron representados todos los agentes implicados en la cadena de producción del aceite (desde el agricultor hasta el consumidor final), se pudo analizar al detalle la situación actual y las perspectivas de este importante sector de la agricultura regional que, en breve, se espera que cuente con una Denominación de Origen que avale su intenso sabor y beneficiosas propiedades.
Y es que, como bien señaló en una de las mesas redondas Jesús Pérez, gerente de la Unión de Cooperativas Agrarias Madrileñas, la Denominación de Origen es una distinción fundamental. "No es una herramienta para comercializar, pero sí para promocionar y ofrecer un producto diferenciado". La D.O. sería un empujón decisivo para ganar un reconocimiento que ya poseen otros aceites españoles de diferentes lugares.
Sin embargo, en la capital del país tiene lugar una increíble paradoja: Madrid no consume poco lo que produce. "Madrid es el mayor mercado en competitividad y consumo, por eso, también nosotros queremos vender lo nuestro, porque también es bueno", explicaba Pérez.
Sector en alza
Así es; el aceite de oliva virgen madrileño tienen unas características y cualidades excelentes. Y su industria está en continua expansión. En la Comunidad, el cultivo del olivo representa más de 25.000 hectáreas y dispone ya de más de dos millones de olivos repartidos de un modo casi uniforme por todo el territorio (con una clara predominancia de la comarca de Las Vegas).Aunque la densidad de plantación olivarera en Madrid es más baja que la media española (97 árboles frente a 127), se está produciendo una tendencia al alza con nuevas plantaciones intensivas, mejor estructuradas y más eficientes. La cornicabra (60%) y la manzanilla (32%) son las variedades más ampliamente extendidas por los campos de la Comunidad.
La industria agroalimentaria aceitera madrileña está ligada al medio rural donde se desarrolla el cultivo y se caracteriza por su pequeño tamaño, adquiriendo mucho peso las entidades agrarias asociativas. Destaca Recespaña (la única que sobrepasa las 1.000 toneladas), que produce más del 40% del aceite de la Comunidad. Respecto al sistema de extracción, el más generalizado es el de dos fases, ejemplo del proceso de modernización de instalaciones que ha experimentado el sector en los últimos años.
Infraestructuras en pro de la calidad
La Denominación de Origen "Aceite de Oliva Virgen de Madrid" se encuentra actualmente en proceso de tramitación promovida por la Consejería de Economía e Innovación Tecnológica en coordinación con el sector y será la segunda D.O. de la región en el ámbito agroalimentario (la predecesora es Vinos de Madrid). Para hacer posible esa distinción, es fundamental una gran calidad y modernización del sistema de producción.Por eso, en el centro de Investigación de El Encín adscrito al IMIDRA (Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario), se están desarrollando diferentes estudios y proyectos relacionados con la mejora del cultivo del olivar y con la calidad y caracterización del aceite.
Por otra parte, en el Centro de Transferencia Tecnológica La Chimenea, se ha creado el Centro de Olivicultura de la Comunidad de Madrid, con 24 hectáreas, en Colmenar de Oreja, que pretende formar nuevos olivicultores y colaborar con la aportación de parcelas experimentales en proyectos de investigación regionales, nacionales e internacionales; además se ofrece información directa, periódicamente, por medio de visitas organizadas a las parcelas.