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Por: RedacciónFuente: COAG
Evolución de los precios en origen del brócoli en el mes de marzo de 2020 (€/kg)
La crisis del Covid-19 ha supuesto un enorme cambio en nuestros hábitos de consumo y estilo de vida. Mientras que antes del decreto del estado de alarma y frente a la amenaza de éste nos era casi imposible encontrar papel higiénico en las baldas de los supermercados, ahora la harina y la levadura parecen haberse convertido en el nuevo papel.
Si bien no puede decirse que los precios en la alimentación se hayan disparado, si ha sido notable un ligero aumento del valor de las frutas y verduras, que poco se ha percibido en origen. Ejemplo de ello es el repollo, por el que hemos llegado a pagar 8,82 veces más que al agricultor, una diferencia del 782%.
En el campo, el kilo de repollo se ha cotizado a 0,17 euros el kilo, el mismo precio que en febrero, mientras que en los supermercados se ha vendido a 1,50 €, un aumento de 30 céntimos que se hacía efectivo en la segunda quincena de marzo, coincidiendo con el confinamiento. La diferencia entre origen y destino ha sido del 782%.
Entre los alimentos más inflacionistas se encuentran la mandarina, cuyo precio de venta al público ha subido un 45,7%, o la naranja, con un alza del 17,4%. “El producto que llama más la atención es el caso de la naranja, que ha sido una de las frutas con más demanda, ya que el consumidor parece haber apostado por productos con piel gruesa por prevención”, recalca Andrés Góngora, responsable de frutas y hortalizas de COAG. Por cada kilo de naranja recolectada, el agricultor obtuvo 0,25 euros en febrero y 0,27 euros en marzo (un alza del 8%), mientras que el vendedor al público lo vendió por 1,55 euros en febrero y 1,82 euros en marzo, suponiendo ésta una diferencia de hasta un 674% entre origen y destino.
La lechuga, ajo, cebollas y patatas no se han quedado atrás, ocupando los siguientes lugares de la lista que recalca las diferencias especulativas de los precios. Mientras que por el ajo y la patata el agricultor ha percibido dos y tres céntimos más, el consumidor ha percibido un incremente de 0,17 € por kilo en caso del ajo y de 0,03 € en caso de la patata. La lechuga y la cebolla han incrementado un solo céntimo en origen, mientras que en los supermercados se ha pagado por ellos hasta 9 céntimos más. Lo que ha supuesto una diferencia de entre el 529% y el 562% entre origen y destino.