A pesar de ello, debemos ser benévolos en nuestros juicios, valorar lo que tenemos y valorarnos a nosotros mismos, permitir que lo positivo sirva de cimiento para el Nuevo Año y que nuestros propósitos no sean una mera declaración de intenciones. Sería maravilloso que cada uno de nosotros nos comprometiésemos a intentar ser mejores personas, más humildes, dispuestas a escuchar, a aprender y ayudar en lo posible. Que cada año nos sintamos orgullosos de nuestros pasos y avancemos en el camino con la conciencia tranquila y el corazón lleno de amor.
Gracias por compartir parte del 2015 conmigo, por hacer que mi pequeño mundo tenga más luz y por regalarme vuestro tiempo y amistad. Ojalá que el 2016 comience con una sonrisa para todos, y que nunca falten sueños por los que luchar, metas que cumplir, cosas por aprender, lugares para descubrir ni personas a las que amar.
¡Feliz Año Nuevo 2016 a todos!
Nos vemos en la siguiente publicación, mientras podéis encontrarme en mi página de Facebook o en Twitter.