Las primeras que hice, ya conocidas por los seguidores de doctorcookies.com, son las de mi sobrino Mateo. Un diseño clásico como los recordatorios de toda la vida, con el pan y el vino como motivos principales. Los que quieran saber más, pueden pinchar AQUÍ o sobre la foto para acceder al post completo.
Para los niños asistentes a la primera comunión de Mateo quise hacer unas galletas más simpáticas, así que con un cortador rectangular hice estos Carnets de amigo de Jesús con la cara de mi sobrino y la fecha de su comunión. El fondo o background es el mismo que en las otras -aerografiado perla sobre fondo blanco- y las letras las hice con rotulador alimentario negro y azul.
Obviamente esos borrones los he hecho posteriormente sobre la foto, para no dar detalles personales. Por lo que me contaron, estos recordatorios duraron menos de un minuto.
Pero la moda entre los papás es, sin duda, la galleta personalizada con la carita de sus niños, y esto principalmente es a lo que me he dedicado estas últimas semanas; a personalizar galletas.
Las primeras fueron las de el guapísimo Hugo. Su madre tenía muy claro lo que quería. Ella misma diseñó los recordatorios online y me pidió que hiciese la carita de su hijo en galleta siguiendo el modelo de la tarjeta.
Como veis se trata de un diseño sencillo y muy bonito, así que no me costó mucho pasarlo a la galleta.
Imprimí la ilustración en el tamaño que me interesaba, la recorté y la usé para trazar las líneas de la cara y el pelo.
Luego cubrí con icing, y una vez seca hice la parte más laboriosa, posicionar correctamente los rasgos faciales en la galleta. Podéis ver cómo lo hice pinchando en la foto, aunque con la velocidad de hay que estar muy atentos.
El resultado es una galleta sencilla, muy limpita, que queda muy bien. Como la mamá de Hugo es tan apañada, ella misma hizo unas etiquetas personalizadas con cinta adhesiva y escritas a mano, que quedaron estupendas cerrando las bolsitas.
Me encanta cuando las mamás son tan creativas, seguro que Hugo quedó encantado con el detallazo. Aunque para los que no son tan artistas, siempre se puede recurrir a profesionales como El señor Otto para que nos hagan todo precioso.
Otro encarguito que me hicieron fue un set de galletas para regalar a Amelka, una niña que también hacía su primera comunión. Me encanta hacer cajitas de 6-8 galletas variadas.
Para hacer la muñequita de Amelka cubrí toda la galleta con icing blanco, y luego le di con spray perla y un stencil. Creo que en la foto no se aprecia demasiado. Luego, sobre esa capa de icing hice la niña con icing de consistencia más espesa.
Hice casi todo el set en color blanco y empecé a dudar de si debía dejarlo así o añadirle un toque dorado con la pintura lista para usar de Rainbow Dust.
Finalmente lo pinté y me alegré mucho de haberlo hecho, porque creo que el blanco solo resultaba un poco soso y el oro quedó estupendo.
Por último, recibí el encargo de unas galletas para otra niña, la monísima Elena. Su madre me envió una foto del vestido para ver si podía hacerle unas muñequitas personalizadas con el mismo modelo. ¡Pues claro que sí!
En esta ocasión hice más o menos lo mismo que con las Amelkas, usando uno de mis cortadores favoritos. Esta vez, para poner algo menos de azúcar a la galleta no hice el fondo y luego la niña encima, sino que delineé la silueta y decoré las dos partes por separado; el fondo y la muñequita.
Puse reflejos perla en el fondo -de puntitos, de rayas, con zigzags… me encanta usar todos mis stencils– y luego hice las muñequitas con icing blanco y de color carne.
Le puse una flor de fondant para el fajín, un poco de dorado y colorcito en las mejillas; que marcan la diferencia cuando decoramos galletas.
¡Y esto ha sido todo! Ahora ya me toca empezar con galletas más veraniegas, que no falta nada para el ansiado verano y si hago caso a mis amigas tendré que meter unas 700 galletas en mi maleta para España.