Su madre quería regalar a los invitados unas cajitas con galletas en forma de cruz y me enseñó algunas que le habían gustado. Sus favoritas eran de color azul turquesa combinadas con mármol.
A mí me gusta mucho esa combinación de color y textura, pero me daba un poco de miedo que al hacer unas cruces de mármol quedasen de funeral. Por eso, después de muchas horas dándole a la cabeza, mi solución fue romper la seriedad del mármol con un poco de color. Decidí hacer dos tipos de cruces que en cierto modo fuesen negativo unas de otras.
Modelo 1: cruz azul turquesa con flores en blanco brillante.
Modelo 2: cruz en mármol blanco con flores en azul turquesa mate.
Para ambas cruces utilicé la misma plantilla de flores, pero dos técnicas totalmente distintas.
Para el modelo 1, puse icing azul turquesa bien seco, y sobre él las flores hechas con aerógrafo y colorante Amerimist color perla. Pinchando sobre la foto podéis ver un .
El modelo 2 lo hice con icing blanco con efecto mármol, una vez seco apliqué el icing azul con espátula directamente sobre la plantilla. El icing lo preparé con una consistencia espesa para que el efecto fuese más rústico.
El día que hice las fotos tenía una luz pésima, así que creo que no hacen justicia al resultado. Además, casi siempre suele suceder que galletas técnicamente muy difíciles lucen menos al final que otras mucho más sencillas. Pero os aseguro que estas galletas fueron todo un reto para mí, conceptual y técnicamente, y me encanta haber tenido la oportunidad de desafiarme a mí misma en honor a Lucas.
Además me han llevado a la conclusión de que necesito un proyector para hacer letras sobre las galletas. Desde que feneció mi Kopykake he estado inventando alternativas, pero ha llegado la hora de afrontarlo.
Desde aquí mando un abrazo fuerte al guapísimo Lucas y a toda su familia. ¡Enhorabuena!