INGREDIENTES:
5oogr nata (crema de leche)
250 leche entera
5 láminas de gelatina
50gr azúcar glas
puré de castaña
castañas en almíbar
PREPARACION:
Empezamos poniendo las láminas de gelatina a hidratar en agua, antes de poder usarlas. En un par o tres de minutos estarán hinchadas. Mientras tanto ponemos a calentar en un cazo adecuado la nata (crema de leche), la leche, el azúcar glas .
Una vez empiece a hervir el contenido del recipiente, escurrimos bien las láminas de gelatina ya hidratadas y las echamos dentro del cazo, y removemos con unas varillas hasta que queden bien integradas con la mezcla que ya había hervido. Observarás que la mezcla se habrá espesado bastante cuando la retires del fuego tras mezclar las láminas.
Fuera del horno añadimos el puré de castañas, según la marca puede ser muy dulce, en ese caso podemos prescindir del azúcar.
Preparamos los recipientes en los que serviremos la panna cotta de vainilla, y empleando un colador para filtrar los posibles restos de gelatina, iremos rellenándolos con la panna cotta, para meterlos después en la nevera, dónde dejaremos enfriar de 7 a 8 horas por lo menos, para que acabe de cuajarse nuestro postre y enfriarse bien del todo.
A la hora de servirla, puedes o bien hacerlo directamente en el molde o desmoldarla sobre un plato, y acompañarla si quieres de algún ingrediente para darle un contraste de sabores, como puede ser un poco de mermelada, caramelo líquido, sirope… aunque tal y como está ya resulta realmente rica de comer.
En éste caso lo he decorado con castañas en almíbar.
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