“El placer de leer es doble cuando se vive con otra persona con la que compartir los libros.” (Katherine Mansfield)
Leí una frase hace tiempo del gran escritor Arturo Pérez-Reverte que decía así: “Una biblioteca es un proyecto de vida”.
Lo tuve claro en el momento que ví aquella habitación contigua a mi dormitorio que los anteriores propietarios usaban como vestidor, se convertiría en ése rincón de lectura perfecto, sería nuestra biblioteca. Era parte de "nuestro" proyecto de vida, la mía y la de mi marido.
Desde el amanecer entran por su ventana los primeros rayos de Sol, la luminosidad de la estancia iría acrecentada por los colores crudos, blancos y los libros del techo al suelo colocados en muebles de madera, estanterías hechas a medida en color cerezo a cada lado de la estancia.
Poco a poco fue tomando forma mi sueño, los visillos y las cortinas de color blanco roto haciendo juego con las dos butacas y sus reposa pies, invitan a la lectura. La luz de la lámpara de pie es cálida que invita a leer.
Con el paso de los años, aquel sueño de mi más lejana niñez se ha ido convirtiendo en realidad, Y aún hoy en día sigo soñando cada vez que miro mis libros ya leídos e incluso releídos colocados en las baldas, titulo a titulo, autor por autor, verdaderos tesoros, ventanas a otros mundos, donde en algún momento de mi vida he dejado volar la imaginación, he vivido otras vidas, he llenado mi corazón de aventuras e incluso he podido calmar ésa sed de conocimientos que siempre me ha acompañado.
Mi Biblioteca siempre unida a mi ilusión por leer, por descubrir, investigar y por aprender. Todo está en los libros, también en mis libros encuentro cómo disfrutar de la cocina, e incluso poder hacer platos, dulces y pasteles que sin ellos no hubiera sido posible.
Como hoy, que he podido preparar éste pastel invertido de piña, gracias a 500 pasteles de Susannah Blake que sin él no hubiera sido posible.
¿CÓMO LO HICE?
INGREDIENTES:
4 cucharadas soperas de azúcar moreno, 4 rodajas de piña en lata (en su jugo), 125 grms. de mantequilla a temperatura ambiente, 100 grms. de azúcar blanca, la cáscara finamente rallada de un limón, 2 huevos (si son pequeños 3), 80 grms. de harina (especial para pasteles, en su defecto normal), una cucharada pequeña de levadura (en polvo, especial para pastelería) y dos cucharadas soperas del zumo de la lata de piña.
LOS PASOS A SEGUIR:
Precalentar el horno a 180ºC. Mientras engrasar con mantequilla, generosamente un molde circular de 20 cmts. de diámetro. Espolvorear el azúcar moreno generosamente sobre la base y colocar la piña troceada de forma que cubra todo el fondo del molde. Reservar.
En un cuenco echar la mantequilla y el azúcar blanca batiendo con unas varillas hasta que la mezcla blanquee, quede cremosa y homogénea.
Sin dejar de batir, incorporar los huevos de uno en uno y a continuación la cáscara de limón rallada. Tamizar la harina junto con la levadura por encima e ir removiendo con las varillas hasta que todo esté bien mezclado, añadiendo el zumo de piña sin dejar de remover.
Incorporar la masa sobre los trozos de piña y alisar con una espátula.
Meter el molde en el horno y dejar hacer durante unos 30 minutos aproximadamente (depende de cada horno, el tiempo), hasta que un pincho salga limpio al insertarlo en el centro del pastel.
Sacarlo del horno y dejar enfriar unos 15 minutos.
A continuación, volcar sobre la fuente donde se vaya a servir
y añadir sobre las piñas una fina capa de azúcar moreno, quemando toda la superficie con un soplete a fin de que quede una fina y deliciosa capa de caramelo.
¡¡ Disfruten de ésta dulzura, fácil de hacer.y del fin de semana !! Comienza Febrero en MI COCINA CARMEN ROSA, y hoy quiero felicitar a una gran bloguera, bellisima persona, una amiga que es "potita" a más no poder, autora del blog SIGUIENDO A NENALINDA. ¡¡ es su cumpleaños !! Va por tí Chus.