Siempre es complicado calcular a cuánto subirá la factura del restaurante. Cuando pedimos al camarero la cuenta siempre nos damos cuenta que la cantidad prevista que habíamos calculado se queda bastante corta. La segunda botella de vino que nos recomendó el camarero, el suculento postre que pediste sin consultar el precio o el recargo de impuestos no son los únicos factores que inciden en la elevada cuenta, sino que existen toda una serie de trucos psicológicos destinados a hacernos pagar más de lo que habíamos previsto.
Si en un artículo publicado hace algunas semanas revelamos por qué nunca debes escoger el segundo vino más barato de la carta, hoy nos proponemos dilucidar otras estrategias destinadas a subirte la factura. Se trata de técnicas discretas que es difícil advertir desde el punto de vista del consumidor, con lo cual se utilizan recurrentemente. La disciplina del marketing y la psicología?
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