Una, que a veces es precavida y se le enciende la bombillita, el sexto sentido, o como queráis llamarlo, como tenía más de una semana por delante se me ocurrió planificar los días y pensé en hacer algunas de las decoraciones para la tarta antes, así que decidí que a partir del último miércoles comenzaría a prepararlas para que no estuvieran muchos días dando vueltas por casa.
Pero no hay dos sin tres, así que hablando con una compi del trabajo con la que de vez en cuando preparamos tartas o cupcakes juntas, me comentó que iba a organizar una barbacoa temática con sus amigos y me preguntó si le podía ayudar a preparar un par de tartas... Bueno, eran para el mismo sábado que el cumpleaños que iba a celebrar yo, pero teníamos la semana para preparar los adornos, los bizcochos y podíamos montarlas el viernes para que ella se las llevara tranquilamente el sábado. Reorganizo la semana y listo. Lunes y martes sus decoraciones, miércoles las mías, y jueves y viernes bizcochos y montajes. Hasta parezco una profesional, eh? jajajaja.
Pero el lunes saltó el primer imprevisto: a mi suegra le habían llamado para darle la cita que llevaba meses esperando para operarla el viernes. Tras unos momentos de histeria y descontrol, decidimos seguir adelante con todos los planes. La operación iba a ser a primera hora de la mañana, así que podría escaparme un rato por la tarde para ayudar con las tartas...
Comienzo con las primeras decoraciones y el miércoles por la tarde mi cocinillas me llama al trabajo para decirme que mi suegra se había ido al hospital por que se encontraba mal y que le iban a adelantar la operación de la hernia a esa misma tarde. Así que ya os podéis imaginar: corriendo al hospital, nervios, espera eterna, la operación sale fenomenal y esperamos a que la dejen en la habitación casi a la 1 de la madrugada... Jueves de hospital y cuando llegamos a casa me puse a preparar los adornos que tenía pensados para la tarta del sábado... pero mi mente y mi cuerpo solo me dieron para preparar el muñequito del homenajeado con su pequeña. Y el viernes fue duro, tras el trabajo tardamos unas 6 horas en preparar unas tartas preciosas, que ya os enseñaré ;).
Así que la preparación de esta tarta tuvo que ser el sábado. A las 8.30 ya estaba en pie preparando el bizcocho y el relleno y tras preparar el resto de la comida, la adorné en menos de 1 hora ¡con el cumpleañero ya en casa! Creo que nunca me ha temblado más el pulso mientras preparaba una tarta jajaja ¡así que no le busquéis muchos defectos!
Como veis, en mi caso es mejor no planificar mucho las cosas, que luego me salen siempre del revés ¿Y por qué una tarta sobre la playa a estas alturas del año? Pues por que su mujer me había dicho que le gustaba el azul, el verde, el mar y su hija, así que aunque la primera idea llevaba más elementos, al final se me ocurrió plantarle en medio de una playa con un 40 bien grandote, que esos años no se cumplen todos los días ;), y hacerle un pequeño guiño a su aniversario de casados con un corazón y sus iniciales en la arena, ya que iba a ser a los pocos días.
Al cumpleañero le encantó, así que me doy por satisfecha con el resultado de mi cuarta tarta de fondat. La combinación del bizcocho con las semillas de amapola y el relleno con el toque de café han convertido a esta tarta como una de mis favoritas ¡está de vicio!
Ingredientes para el bizcocho (para molde de 20 cm.)
1 yogur natural sin azúcar
125 ml. de aceite de oliva
250 gr. de azúcar
375 gr. de harina
3 huevos
1 sobre de levadura
1 cucharada pequeña de semillas de amapola
Ingredientes para el relleno y decoración
500 gr. de mascarpone
3 cucharadas pequeñas de café instantáneo
30 ml. de agua
Azúcar glass al gusto
Fondant
Galletas trituradas
Preparación
Pon a precalentar el horno a 180ºC.
Engrasa el molde con mantequilla o aceite y espolvorea un poco de harina hasta que quede todo bien cubierto. Reserva.
En un bol añade poco a poco todos los ingredientes del bizcocho y bátelos para que se integren bien. Una vez obtengas una masa homogénea y sin grumos, vierte la masa en el molde y mételo en el horno durante 30- 40 min. aproximadamente, hasta que lo pinches con un palillo y éste salga limpio.
Una vez que el bizcocho se ha horneado, déjalo reposar en el molde unos 15 minutos sobre una rejilla. Pasado este tiempo, desmóldalo y deja que se enfríe por completo sobre la rejilla.
Mientras se enfría, calienta unos segundos el agua en el microondas, añade el café instantáneo y remueve para que se disuelva.
Bate el mascarpone para conseguir una crema más suave y añade el café poco a poco. No hace falta que añadas todo, yo para este relleno al final solo añadí la mitad para que no supiera muy fuerte a café. Sin dejar de batir, añade el azúcar glass hasta que consigas el dulzor que más te guste. Mete el relleno en la nevera hasta que vayas a usarlo.
Corta el bizcocho por la mitad, pon el bizcocho inferior sobre una base y cubre con el relleno toda la superficie. Pon encima el bizcocho superior, encajándolo bien para que los dos bizcochos queden bien sujetos y rectos. Cubre toda la tarta con la crema de mascarpone y métela en la nevera una media hora. Si no la vas a cubrir con fondant deberás darle una segunda capa de crema hasta cubrir todo el bizcocho.
Si te atreves con el fondant, deja volar tu imaginación ;)