Aunque hoy cueste imaginárselo, algo tan cotidiano y económico como el azúcar, llegó a ser una especia inaccesible para las clases populares.
Durante el siglo XV, 100 kilos de azúcar costaban tanto como el salario que una familia ingresaba a lo largo de todo un año. Era un factor de diferenciación social, estando presente en las mesas de los nobles como un producto exclusivo y escaso.
Paradójicamente, y al contrario de lo que ocurre ahora, la miel sí tenía una amplia presencia en las despensas del campesinado.
Fue en esta época, la Edad Media, cuando surgió algo parecido a la tarta de zanahoria, comportándose la zanahoria como edulcorante.
La calabaza, la remolacha y la zanahoria, por sus altos contenidos en azúcares, fueron durante muchísimos años protagonistas imprescindibles de bizcochos, pasteles y otras dulcerías.
El auge y popularización de la tarta de zanahorias no llegaría hasta el periodo de la Segunda Guerra Mundial, cuando el racionamiento propiciado por el conflicto armado agudizó el ingenio de los ingleses.
Durante los años 60, la mayoría de cafeterías, bares y restaurantes de Estados Unidos, ya contaban en su carta con esta tarta.
Es complicado precisar con exactitud el origen primigenio de este postre, pero como he mencionado, probablemente provenga de los primeros budines europeos que se cocinaban en la Edad Media. Sin embargo, tuvieron que pasar muchísimos años hasta que apareciera la primera receta, escrita por el restaurador Antoine Beauvilliers en Lart du cuisineinier (1814).
Cómo hacer tarta de zanahoria y nueces en Thermomix
Pese a que popularmente nos refiramos a ella como tarta, si atendemos a sus características, nos percatamos enseguida de que se parece más a un bizcocho.
Así, por si sola, tiene un bocado muy jugoso y apetecible, pero se vería incompleta si no fuera por el frosting, una cobertura a base de queso Philadelphia, mantequilla y azúcar glas.
A priori puede parecer un proceso bastante engorroso, pero con la ayuda de nuestro robot de cocina Thermomix podremos preparar una deliciosa tarta de zanahoria de manera rápida y sencilla.
Ingredientes:
Zanahorias (pastel) 500 g.
Huevos M (pastel) 3 unidades
Azúcar blanquilla (pastel) 200 g.
Aceite de girasol (pastel) 200 ml.
Harina floja (pastel) 350 g.
Polvo de hornear (pastel) 16 g.
Canela (pastel) 2 cucharaditas
Nueces de macadamia (pastel) 80 g.
Mantequilla (frosting) 100 g.
Azúcar glas (frosting) 100 g.
Queso Philadelphia (frosting) 300 g.
Elaboración:
Buceando en internet podemos encontrar diferentes recetas de tarta de zanahoria, aunque todas comparten la inmensa mayoría de ingredientes, jugar con ellos es ya una cuestión de preferencias personales. En este caso, después de hacer muchas versiones diferentes de esta tarta, he optado por la sencillez, siendo la nuez de macadamia quizá lo más rompedor de la receta, dándole un toque original que seguro te encantará.
Lo primero será elaborar el pastel. En el vaso de la Thermomix incorporaremos las zanahorias peladas y en trozos bastos, programando 8 segundos a velocidad 5 para triturarla, ya que la receta establece que la zanahoria debe aparecer machacada. Reservaremos. Opcionalmente, si quisiéramos controlar mejor el tamaño de los pedazos, podríamos rallarla con un rallador de queso.
Cascaremos y verteremos los 3 huevos. Primero en un bol, para cerciorarnos de que no cae ningún trozo de cáscara, y luego los traspasaremos al vaso. Añadiremos también el azúcar y programaremos 30 segundos a velocidad 5, lo que blanqueará los huevos, insuflándoles aire para que nuestro bizcocho quede mucho más esponjoso.
Incorporaremos el aceite de girasol alto oleico, las zanahorias que había reservado y mezclaremos 5 segundos a una velocidad de 4. Seguidamente, añadiremos los 350 gramos de harina floja, la levadura y la canela, junto a una pizca de sal. Programaremos 3 segundos a una velocidad de 6. Es el momento de añadir cualquier otro ingrediente seco que sea de nuestro gusto, como las pasas.
Echaremos la mezcla en un molde de unos 20 - 22 cm. de diámetro, forrado con papel sulfurizado, untando previamente la superficie con mantequilla para que el papel se adhiera correctamente. Precalentaremos el horno a 180º, con calor arriba y abajo e introduciremos a altura media el molde sobre una rejilla. Hornearemos durante 35 - 40 minutos, comprobando antes que está cocido con un palillo.
Sacaremos el bizcocho del horno, lo desmoldaremos, siendo muy recomendable, que si no lo tenéis ya, os hagáis con un molde de base desmontable, lo que os facilitará mucho la preparación de bizcochos. Lo pondremos sobre una rejilla alzada para que se atempere y podamos cubrirlo con el frosting. Puedes también, una vez frío, cortarlo a la mitad con una segueta para rellenarlo con el frosting.
Para el relleno tan solo tendremos que poner los ingredientes en el vaso de la Thermomix, programándola 20 segundos a una velocidad de 4. Suele ser una mezcla muy estable, pero siempre podemos añadirle unas gotas de limón para asegurarnos de vaya a mantener su estructura. Este frosting no queda demasiado dulzón, algo de lo que suelen pecar muchas tartas de zanahoria.
Simplemente, nos queda cubrir con el frosting el bizcocho. Lo mejor es usar una espátula de repostería, no obstante también podemos tratar de salir del apuro con una lengua o similar. Finalmente, introduciremos las nueces de macadamia en la Thermomix y programaremos 6 segundos a velocidad 3 - 5, ya que la finalidad no es molerlas, sino trocearlas para que queden visibles y con textura.
Las dispondremos sobre la superficie de manera armónica. Si tenemos cierto bagaje en la cocina en general y en la pastelería en particular, podemos meter el frosting en una manga pastelera y decorar la superficie con algún rosetón o lágrima. ¡Deja fluir tu creatividad! Es un bizcocho que gusta a todo el mundo, y acompaña como postre, pero también puede endulzar un desayuno o merienda.
¡Qué aproveche!
Puedes ver la receta así como otras muchas recetas hechas con Thermomix, así como consejos para sacarle el maximo partido, en la web de Cocina Thermomix.