Pero como siempre, permitidme que os cuente algunos datos interesantes sobre este postre.
La calabaza se ha usado desde tiempos inmemorables como endulzante natural, cosa parecida ha ocurrido siempre con la zanahoria.
El azúcar refinado que empleamos a diario, es decir, el azúcar blanquilla, no siempre fue tan accesible como lo es actualmente.
En la Edad Media, de hecho, el azúcar era un lujo tan solo al alcance de nobles, mientras que el pueblo llano se tenía que conformar con la miel. Tanto es así, que en el siglo XV, un quintal de azúcar costaba tanto como el sustento de un año para una familia promedio.
A muchos les sonará el bizcocho de calabaza o la tarta de calabaza por la tradición americana tantas veces vista en televisión, y ligada al Día de Acción de Gracias.
Aun así, es preciso señalar, que el bizcocho de calabaza y la tarta de calabaza no son exactamente lo mismo, ya que esta última, suele prepararse con una masa quebrada.
Se cree que fue traída por los Padres Peregrinos a bordo del Mayflowe, que desembarcaron en las costas de Massachusetts aprendiendo de la mano de los indígenas el cultivo de la calabaza.
Tras finalizar el otoño, y motivados por un sentimiento de agradecimiento por las buenas cosechas, consagrando el cuarto jueves del mes de noviembre a este generoso cultivo, y realizando a modo de ofrenda un bizcocho o tarta de calabaza .
Cómo hacer bizcocho de calabaza en Thermomix
La reciente moda fit, ha puesto de manifiesto la necesidad de reducir considerablemente la ingesta de azúcar, siendo muy aconsejable sustituirla, al menos parcialmente, como en este caso, por un puré de calabaza.Tiene muchas y muy interesantes propiedades que heredera de las propiedades beneficiosas de la calabaza.
Podemos encontrar calabazas durante todo el año, aunque el otoño es la estación predilecta de la mayoría de las variedades. Existen muchísimas variedades domesticadas como fruto de la hibridación.
Para elaborar esta receta, al menos si resides en España, lo mejor es optar por una calabaza común, o mejor aún, una calabaza de horno, conocida también como buen gusto.
No solamente aportará sabor a nuestro bizcocho, sino que además nos proporcionará vitaminas A, C y E, y una notable jugosidad y suavidad a la miga.
Ingredientes:
Calabaza 150 g.
Huevos M 4 unidades
Azúcar blanquilla 100 g.
Aceite de girasol 75 g.
Harina de trigo floja 150 g.
Levadura química Royal 16 g.
Canela en polvo 1 cucharadita
Pizca de sal
Elaboración:
Pelaremos y cortaremos la calabaza en trozos grandes pero asumibles para la cuchilla de nuestra Thermomix. La calabaza, especialmente si ha sido recogida antes de su punto óptimo de maduración, contiene una resina que aflora en el momento de pelarla. Muchas personas tienen sensibilidad a este compuesto, y a la mayoría, les deja una sensación en la piel llamada manos de squash.
Por tanto, recomiendo usar guantes de nitrilo o látex cuando vayamos a manipularla, evitando así esa posible reacción incómoda en la piel. Decir, que no es una sustancia tóxica, simplemente constituye una defensa natural para la hortaliza, que al ver su piel golpeada o expuesta, emplea esa resina para cicatrizar. Ocurre también, aunque en menor proporción, con los calabacines.
Sacaremos, por supuesto, las pepitas. Introduciremos la calabaza cortada por el bocal de la Thermomix, triturándola para obtener un puré. Para ello, programaremos 20 segundos a velocidad oscilante 5 - 9. Retiraremos y reservaremos. Seguidamente, colocaremos la mariposa al vaso, y agregaremos el azúcar y los huevos, programando 6 minutos a velocidad 3 y medio.
Transcurrido el tiempo, incorporaremos los ingredientes atendiendo al siguiente orden: primero el puré de calabaza, luego el aceite, la harina y la levadura tamizadas, y finalmente la canela y la sal. Mezclaremos todo el conjunto durante 15 segundos a velocidad 3 y medio. En un molde circular o rectangular, correctamente engrasado con mantequilla, volcaremos la masa.
Si queremos evitar a toda costa que el bizcocho se pegue, después de engrasarlo, podemos espolvorear harina de arroz por la superficie, que se mantendrá adherida gracias a la grasa. Precalentaremos el horno a 160 °C, con calor arriba y abajo, e introduciremos el molde sobre una rejilla a altura media durante aproximadamente 1 hora.
Estaremos pendientes del bizcocho, cerciorándonos de que está correctamente cocido, introduciendo un palillo en el centro, cuidando de que no salga húmedo. Dado que es un horneado largo, es posible que la resistencia superior de nuestro horno dore en exceso la superficie, por lo que podemos prevenirnos cubriéndolo a mitad de la cocción con un papel de aluminio.
Como sugerencia de presentación, y si sois unos auténticos golosos, os propongo preparar un frosting en la Thermomix. Necesitaremos 300 g. de glas, 160 g. de mantequilla a temperatura ambiente y 400 g. de queso Philadelphia. Colocaremos todos los ingredientes en el vaso, y programaremos 3 minutos a velocidad 2 y medio, dándole más tiempo de ser necesario.
Extenderemos con una espátula la cobertura, rematando con unas nueces partidas a la mitad por encima. Es una merienda o desayuno ideal para acompañar este Halloween, fecha en la que las calabazas cobran vida y se convierten en caras de horror y espanto. Curiosamente, en España, los precursores de esta tradición, fueron los navarros, mucho antes de que llegara proveniente de América.
¡Qué aproveche!
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