Los garbanzos con chorizo es una de esas recetas que logra imponerse en todos los hogares españoles, dando testimonio así de su delicioso sabor.
Presume de ser uno de los mejores remedios contra el mal de la resaca, aunque es preciso ser precavidos, ya que es un plato rápido de elaborar, pero que requiere de cierta anticipación para poner en remojo los garbanzos. Eso o tendremos que conformarnos con os típicos garbanzos en bote, capaz de sacarnos de un apuro.
Anda a caballo entre una sopa y un estofado, encontrando ciertas diferencias en función de donde se prepare.
Rastrear sus orígenes es una tarea inútil, por lo que tenemos que conformarnos en esta ocasión con una aproximación al garbanzo. Este producto comparte junto a lenteja el dudoso honor de ser la legumbre más denostada y odiada —injustamente— por el gran público.
Fueron los cartagineses, camino de Roma, los encargados de introducirlos en la península ibérica. Dado esta coyuntura histórica, los romanos no sentían demasiada devoción hacia el garbanzo, el cual identifican de manera irremediable con comida para esclavos, debido a su origen cartaginés.
A esto hay que sumarle que toda legumbre seca se asocia instintivamente a las épocas de carestía, de hambre y terribles penurias, lo que le ha forzado al ostracismo.
Con la llegada de una nueva concepción de la alimentación, el garbanzo se ha elevado a la categoría de superalimento.
Si bien estos garbanzos con chorizo no representan la manera más saludable de consumo del garbanzo, si ponen de relieve la importancia que ha tenido siempre en la dieta latina. Si buscáis una receta más saludable os recomiendo echar un vistazo a la receta de garbanzos con bacalao de la abuela.
Actualmente, y por fortuna, el garbanzo al que tenemos acceso se presenta totalmente saneado, sin piedrecitas.
Por otro lado, tenemos disponible multitud de suculentas variedades, como el Blanco Lechoso de Extremadura y Andalucía, el Pedrosillano típico de León y las Castillas o el Venoso granadino.
Ingredientes:
Garbanzos seco Pedrosillano 300 g.
Agua mineral (cocción) 1400 g.
Aceite de oliva virgen extra 4 cucharadas
Dientes de ajo 2 unidades
Cebolla picada 1 unidad
Zanahorias 2 unidades
Chorizo fresco 300 g.
Panceta curada 200 g.
Caldo de pollo 200 g.
Pimienta negra
Perejil fresco
Laurel 1 unidad
Sal marina
Elaboración:
La Thermomix, como otros robots de cocina, aparecieron en escena para hacernos la vida más fácil. En ella es posible llevar a cabo sanos, nutritivos y ricos guisos con todo el sabor de antaño, y los garbanzos con chorizo dan buena fe de ello. Antes de ponernos manos a la obra, es imprescindible que pongamos los garbanzos en remojo, cubiertos con abundante agua fría durante al menos 6 horas.
Espolvorearemos también un poco de sal gorda en el agua. Lo ideal, como siempre digo, es tenerlos en remojo toda la noche, o sea, unas 12 horas. A la mañana siguiente solo tendremos que cocerlos. Echaremos el agua en el vaso y programaremos 12 minutos a 100 °C y velocidad 1. Al mismo tiempo, escurriremos y lavaremos bien los garbanzos bajo un chorro de agua fría.
Introduciremos el cestillo en el vaso, y volcaremos los garbanzos dentro de él. Sazonaremos y programaremos 30 minutos a velocidad 2 y 100º de temperatura. Transcurridos los primeros 30 minutos, sumaremos 300 g. adicionales de agua caliente y volveremos a programar 30 minutos, a 100º de temperatura y velocidad 2. En caso de que quedaran duros, repetir el proceso. Reservar.
En el vaso de la Thermomix introduciremos el aceite, las zanahorias, la cebolla y los ajos, troceándolo 5 segundos a velocidad 5. Transcurrido el tiempo, incorporaremos el chorizo en rodajas y la panceta en cuadraditos pequeños. Sofreiremos 6 minutos a 120º o función Varoma y velocidad 1. Seguidamente, verteremos el caldo, que puede ser envasado o hecho por nosotros.
Podéis ver esta receta de caldo de pollo de La Receta de la Abuela donde Cristina explica perfectamente como hacerlo para que quede perfecto. Os recomiendo, que si tenéis tiempo y ganas, optéis por cocinarlo en casa, puesto que el resultado será inigualable, os lo aseguro. Salpimentaremos, aromatizaremos añadiendo una hoja de laurel y coceremos por 18 minutos, a 100º, giro inverso y velocidad 1.
Finalmente, mezclaremos con los garbanzos cocidos que habíamos reservado, y terminaremos de guisar programando para ello 8 minutos, a 100º, giro inverso y velocidad cuchara. Probaremos de sal por si fuera necesario rectificar. Como sugerencia de presentación, os propongo servir con un poco de perejil picado por encima. Mejor acompañados de una buena botella de vino tinto.
Al igual que sucede con otros platos de cuchara, gana enteros con el reposo, siendo su punto álgido 24 horas tras su elaboración. Del mismo modo que hemos empleado garbanzos secos, podríamos haber utilizado garbanzos de bote, de los que vienen perfectamente cocidos. En caso de buscar una consistencia más espesa, adicionar una cucharadita de maicena disuelta en agua fría.
¡Qué aproveche!
Puedes ver la receta así como otras muchas recetas hechas con Thermomix, así como consejos para sacarle el maximo partido, en la web de Cocina Thermomix.