Existen muchísimas versiones diferentes de esta tarta, siendo probablemente la tarta de queso cremosa al horno la que mejor acogida ha tenido entre los gourmets, que ven en esta interpretación el sumun gustativo.
Lo cierto es que el origen de la tarta de queso se remonta al año 230 d.C, cuando el escritor Ateneo dejó constancia de una elaboración a base de queso batido, que posteriormente se mezclaba en una sartén de latón, añadiéndole miel y harina de trigo. Esta mezcla se calentaba, se dejaba enfriar y se servía.
La tradición pasó de los griegos a los romanos, y luego a Europa.
En el siglo XVIII se empezó a cocinar la tarta de queso que conocemos hoy, concretamente en Philadelphia.
El conocido empresario Mr. Lawrence de Chester trató de crear un nuevo tipo de queso más suave, a partir del Neufchatel, y como en tantas otras ocasiones a lo largo de la historia, fruto de un error, nació el queso Philadelphia. Así nació la NY Cheesecake original.
Cómo hacer tarta de queso en Thermomix
Preparar una deliciosa tarta de queso en nuestra Thermomix es una tarea sumamente sencilla.
Preferiblemente, prepararemos una mezcla de queso Philadelphia con Mascarpone, dos quesos que se equilibran perfectamente y otorgarán a nuestra tarta un sabor y untuosidad inigualables.
Como os adelantaba, esta es una versión muy cremosa, que no líquida.
¡Manos a la masa!
Ingredientes:
Queso mascarpone 500 g.
Queso de untar 500 g.
Azúcar 300 g.
Mantequilla 1 cucharada
Huevos M 7 unidades
Frutos rojos congelados (cobertura) 300 g,
Azúcar (cobertura) 200 g,
Chorrito de agua mineral (cobertura)
Elaboración:
Dado que es una receta que se prepara muy rápido, lo primero de todo será ir precalentando el horno. Precalentaremos a 180 °C con calor arriba y abajo. Al mismo tiempo, forraremos un molde de 24 - 26 cm. con papel de horno ligeramente humedecido con mantequilla. Forraremos toda su superficie interior, desde el fondo hasta los laterales.
Introduciremos en el vaso de la Thermomix todos los ingredientes de la tarta, excepto los de la cobertura, que se preparará mientras la tarta se hornea. Tan solo tendremos que mezclarlos durante 30 segundos a velocidad 5-6. Verteremos la mezcla en el molde y hornearemos por unos 27 minutos aproximadamente, lo que dará un resultado bastante cremoso.
Entretanto, prepararemos la cobertura. Agregaremos en primer lugar el azúcar glas. Lo añadiremos al vaso y haremos azúcar glas. Para ello programaremos 10 segundos con una velocidad progresiva de 5-7-10. A continuación, pondremos la fruta congelada, junto al chorrito de agua. Mezclaremos 4 minutos a 50 °C a una velocidad de 5. Dejaremos enfriar.
Antes de sacar nuestra tarta del horno, es conveniente que la dejemos atemperar unos minutos dentro del mismo con la puerta entreabierta, para evitar así que se venga muy abajo por el choque térmico. La superficie quedará dorada, y el centro se hundirá un poco, dejando ese borde elevado tan peculiar de las tartas de queso. Desmoldaremos y pondremos sobre un plato.
Cubriremos la tarta con el coulis de frutos rojos que hemos preparado. Hay personas a las que les gusta que quede muy fino, por lo que tras triturarlo lo pasan por un colador muy fino para eliminar las trazas que hayan podido quedar. Refrigeraremos la tarta durante al menos 4 horas antes de su consumo, tiempo más que suficiente para que tome cierto cuerpo.
Recordad que con estas indicaciones, el huevo habrá tenido tiempo de pasteurizar, por lo que, aun estando algo líquida en el centro, ésta no revistará ningún peligro en cuanto a seguridad alimentaria. Eso sí, recomiendo que su consumo se haga en los 3 días posteriores a su preparación. Para una mejor conservación, filmar al ras, lo que en cierta medida prevendrá que se reseque.
¡Corre, que vuela!
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