Me encargaron una tarta para la celebración del cumpleaños de una señora octogenaria, sus hijos y nietos querían darle una sorpresa con algo que a ella le gustaba mucho, hablar por teléfono y la verdad es que para mí fue un reto con el que me metí de cabeza.
Es un teléfono de los antiguos negros, pero me lo pidieron en rojo.