Sé que son tiempos difíciles y, más que de estar preocupados, de ocuparnos por hacer lo que nos toca y un poquito más.
Podemos estar de acuerdo - o no- en cómo la autoridad está manejando en tema, pero lo cierto es que, al final, nuestra salud es también nuestra responsabilidad y, tarde o temprano debemos asumirla.
Así que por favor, estos días que vienen, quédense en casa, atiendan las recomendaciones y empiecen a acercarse lo necesario para que tanto ustedes como sus familiares traten de pasar la "cuarentena" en paz.
Si tienen niños, ármense de paciencia y de amor, porque los vamos a necesitar. Pero también de actividades que a ellos les interesen. No se creen expectativas con todas esas listas que andan circulando, pero sí tomen las que puedan serles de utilidad.
Si no tienen niños, aprovechen para hacer todo eso que por tiempo siempre postergan; para aprender a hacer algo nuevo, empezar o terminar un libro, aprender a cocinar o a hornear (aquí ya saben que pueden conmigo); aprender a meditar, limpiar la casa, remendar ropa, etc.
Y pues en lo que pasan las cosas, les quiero compartir una receta colimota. Como muchos de ustedes saben, soy de ese bello estado, donde el tejuino, el bate, la tuba y el agua de coco nos refrescan durante todo el año. Como hace tiempo que no voy, me ha dado un antojo de tejuino, que me puse a buscar la receta y, creánme, me costó trabajo, porque la primera no me salió. Salió puro engrudo, pero como soy de las que no se da por vencida a la primera, fui por un intento más que resultó exitoso y aquí se los comparto.
Para quienes no son de México y se preguntan qué es el tejuino, les cuento un poco:
Aunque hay historias que dicen que su origen es tarahumara, el calor hizo que pisara tierras mazatlecas y llegara a la costa del pacífico, donde en Jalisco se han encontrado vestigios en zonas arqueológicas.
Es una bebida artesanal a base de maíz, cuyo origen se remonta a cerca de siete mil años y, según la región donde se encuentre, varía un poco, pero siempre remonta al México prehispánico. Se sabe que hay zonas en donde su fermentación puede durar hasta ¡30 días! convirtiéndola en una bebida con alto grado de alcohol.
La receta que hoy les comparto, es con una fermentación suave a base de piloncillo y espero les guste.
Tejuino estilo Colima
Ingredientes:
(Para casi 3 litros)
227 gramos de masa de maíz nixtamalizado
2 litros de agua
2 conos de piloncillo (450 gr aprox)
Limón y sal
Cómo hacer:
Separar medio litro de agua y licuarlo con la masa. Reservar
Poner a derretir el piloncillo en el resto del agua, removiendo constantemente
Una vez derretido el piloncillo, agregar la mezcla de agua con masa
Remover constantemente a fuego medio, para evitar que se asiente y se pegue (esto es tardado, eh), hasta que empiece a hervir
Agregar el jugo de dos limones medianos y seguir removiendo, hasta que vuelva a hervir
Sacar del fuego y dejar templar
Cubrir con una manta o trapo húmedo y dejar fermentar en un lugar fresco y oscuro por dos o tres días
Puedes revisar cada día, removiendo un poco, de preferencia con una cuchara de madera
Para servir:
Colocar en un vaso un poco de sal y jugo de limón al gusto (por un vaso, yo uso un limón entero)
agregar hielo picado y atole.
Pasar de un vaso a otro para mezclar. Revisar sazón y disfrutar.
Espero les guste y les refresque un poco el ánimo. Cuídense mucho y por aquí nos leemos.