Thermomix me rompe el corazón

Érase una vez una pareja aficionada a la gastronomía que decidió, el pasado febrero y tras un largo debate, incorporar un nuevo utensilio a su cocina. Así, llegó a nuestra casa un robot de cocina que nos vendieron como maravilloso, diseñado para durar y con el que podríamos llevar nuestras elaboraciones mucho más allá durante una gran cantidad de años. En efecto, os estoy hablando de la Thermomix TM6, o, lo que es lo mismo, la última evolución del famoso robot de cocina que desde 1.971 comercializa la empresa alemana Vorwerk.

Reconozco que, aún y cuando mi pareja estaba decidido a adquirir el robot, yo tenía serias dudas. Principalmente, por su alto precio (en ese momento, 1.299 €), pero también por un sistema de venta que se realiza exclusivamente a través de comerciales que acuden a tu domicilio a hacerte la demostración, al que siempre le he visto un punto sectario, así como por tener serias dudas sobre su utilidad real en el día a día. No obstante, el entusiasmo del 50% de la pareja por comprarlo, así como el hecho de que, cuando mi situación lo permite, comparta con vosotros algunas de mis recetas en este espacio, acabaron por convencerme de que su coste me merecería la pena.

1.299 euros vale la joya - Thermomix

1.299 € vale la joya

Así, cuando el robot llegó a nuestra casa y procedí con la ayuda de la agente comercial a hacer su puesta en marcha, las sensaciones fueron muy buenas. De hecho, hubo aspectos del aparato que me sorprendieron muy positivamente, puesto que los resultados en la elaboración de cremas o salsas me parecieron extraordinarios. Además, descubrí que tareas como cocinar al vapor o elaborar masas son más sencillas con este robot, por lo que decidí comenzar a adaptar algunas de las recetas que aquí publico para aquellas personas que también contasen con el robot. Así las cosas, todo parecía indicar que habíamos iniciado un idilio que duraría años hasta que una sucesión de catastróficas desdichas comenzaron a cambiar las cosas, pasando del amor al rechazo en un abrir y cerrar de ojos.

Dos meses después de convivir con el robot, a la carcasa se le empezó a caer la pintura. Así, a medida que limpiábamos la máquina tal y como se nos indicó (con una bayeta de microfibras humedecida, sin químicos), veíamos cómo los logos iban desapareciendo, a la par que aparecieron unas marcas que hacían que la máquina se viese muy antigua. Por si fuera poco, el vaso comenzó a adquirir un extraño color marrón, por lo que, tras hablar con nuestra agente comercial, solicitamos la recogida del robot para que, desde el servicio de asistencia técnica, lo revisaran para ver si detectaban algo anómalo.

Así, un buen día de mayo de 2022, recibimos por e-mail un albarán indicando que se había procedido al reemplazo de la carcasa exterior y, apenas unas horas más tarde, una llamada desde el servicio técnico para indicarnos que nos enviaban de vuelta la máquina, que habían sustituido la carcasa por contar con múltiples fisuras internas (¿?) pero que, sin embargo, no habían tocado el vaso por tratarse el color marrón de los residuos de las especias que usamos para cocinar. Por ello, nos recomiendan que limpiemos el interior del vaso con unas nanas y que no utilicemos especias para elaborar nuestras recetas aunque lo indique Cookidoo, su propia plataforma. Por esta razón, las palabras del técnico nos resultaron extrañas, no obstante, optamos por seguir sus consejos. A fin de cuentas, pensamos, ellos son quienes, se supone, conocen los entresijos del producto.

Volver a recibir el Thermomix en casa nos llenó de alegría. Pensábamos, inocentes de nosotros, que retomaríamos nuestro idilio en el mismo punto en el que se quedó, que esta intervención había sido tan solo una pequeña piedra en el camino de nuestra historia. Pero, ¡ay, qué ilusos fuimos! Y es que, con la llegada del verano, nuestra Thermomix volvió a sorprendernos con la aparición de nuevas grietas en su carcasa (esta vez, externas) en el mes de julio.

Nota de reparación Thermomix

Nota de reparación Thermomix

Cómo no, de nuevo, contactamos con nuestra agente comercial, quien, a su vez, contactó con la responsable de zona para organizar una visita conjunta a nuestro domicilio que, finalmente, se realizó el pasado 6 de septiembre. Y, os preguntaréis, ¿por qué dejasteis pasar casi un mes? Pues, efectivamente, las vacaciones son sagradas, y pese a la molestia, podíamos esperar unos días, aunque debo reconoceros que mi relación con el robot se vio seriamente comprometida a partir de ese momento, preguntándome si optar por otro modelo de otra marca menos reconocida no hubiese sido una decisión más inteligente.

Durante esa visita, además de traernos un regalo para compensar las molestias, la responsable se comprometió a solicitar una revisión en profundidad del aparato para que, además de repararlo, pudiésemos conocer la razón por la cual la carcasa se había agrietado de nuevo en apenas dos meses. Por otra parte, ambas nos transmitieron lo excepcional de nuestra situación, dado que los robots de Vorwerk salen muy buenos y no existen apenas clientes descontentos con Thermomix. Debo reconocer que este comentario nos molestó, puesto que, aunque nunca he negado que existan personas encantadas con su producto, parece bastante obvio que no puede haber una única persona descontenta (y creo que no es así según podéis ver aquí). Pero, consideraciones aparte, esperábamos que el problema se solventase definitivamente Aunque, como os podéis imaginar, no fue así, y lo que ocurrió hizo que la ira se apoderase de nosotros.

Y es que, cuando el pasado 23 de septiembre nos devolvieron la máquina reparada, lo que nos encontramos fue con un robot en peor estado de lo que se fue, sucio, polvoriento aunque con una carcasa nueva y sin fisuras que, ¡oh, sorpresa! no habían fijado bien. ¿Y cómo nos dimos cuenta? Pues porque, limpiándolo, descubrimos que desde el lateral izquierdo hasta la zona inferior de la pantalla el robot cruje, la carcasa tiene holgura y, además, los tornillos que la fijan se desplazan por sus orificios junto con el resto de la carcasa tan solo con tocar.

Ya os podéis imaginar, estábamos iracundos y con ganas de gritarle a alguien, pero optamos por contactar muy educadamente con nuestra agente comercial, le expusimos el problema y esperamos una respuesta, que consistió en derivarle el caso a la responsable de zona que vino con ella a nuestra casa. Esta última, a su vez, pasó nuestro caso a la delegación de Thermomix Vitoria, quienes nos llamaron para disculparse, ofreciéndonos tramitar una nueva asistencia técnica (recordemos, la ¡tercera! en siete meses) a lo que nos negamos, solicitando una solución definitiva que nos ahorrase las molestias de andar enviado el robot a reparar cada dos por tres.

Thermomix o el pisapapeles de 8 kilos

Thermomix o el pisapapeles de 8 kilos

Este punto no debió de quedar claro, ya que la propia responsable nos llamó dos días después ofreciéndonos la misma solución, alegando que la máquina está en buen estado y que apretando los tornillos se solucionaría el problema. Nosotros, de nuevo, volvimos a negarnos, recordándole que el servicio técnico no había actuado adecuadamente al devolvernos el robot peor de lo que se fue y que, además, lo que nos ofrecía no era una solución definitiva. Por ello, nos pidió que le mandásemos un e-mail explicando lo ocurrido, solicitándonos, además, que expusiésemos la solución que creyésemos más satisfactoria. Por ello, hace apenas unos días le enviamos un e-mail que, a día de hoy, no ha sido contestado por nadie de Vorwerk derivando esto en la tramitación de una reclamación a través de Kontsumobide y en la publicación de este post, ambas acciones llevadas a cabo el 30 de septiembre.

La consecuencia de todo esto, es que tengo en mi cocina un trasto de casi 8 kilos en la encimera que no puedo utilizar por razones de seguridad. Y es que, ¿qué pasaría si me pongo a amasar y, en uno de los vaivenes del robot, alguna de las piezas acaba saltando, causando daños personales o materiales? ¿Creéis que debemos arriesgarnos con una focaccia o una masa de pizza con trozos de carcasa, o a acabar con lesiones físicas provocadas por el empleo de un aparato en mal estado?

Lo que tenemos claro es que, Vorwerk, una empresa que vende calidad, cuida menos a sus clientes que su propio robot a las verduras para hacer cremas.

¿Qué creéis, continuaremos teniendo un pisapapeles de 8 kilos en la encimera, o Vorwerk nos dará una solución definitiva? ¡Os leemos!

Fuente: este post proviene de Cocina de Emergencia, donde puedes consultar el contenido original.
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