Ya estamos en pleno Octubre!!!
Y huele a castañas, vaya donde vaya huele a castañas: en la calle, en la verduleria, en el supermercado, en el centro de Barcelona, en los bares...
Y que me decís de las paraditas de la castañera aaiiix me encantan, es como volver a mi infancia. Lo único que me falta es el frío para disfrutarlas del todo.
Desde siempre las castañas en casa se han hecho en su paella especial de agujeros donde el fuego se cuela por ellos tostando las castañas hasta que están hechas y super ricas.
Pero con los nuevos tiempos a venido a quedarse en nuestras casas la vitroceramica y la verdad las castañas no son lo mismo.
Habéis probado a hacerlas en vitro? madre mía como la deje la primera vez que lo hice, sin pensar lo que iba a hacer, madre mía nunca más en mi vida.
Pero existe el horno, el milagroso horno al que últimamente no solo uso para mis tartas si no para todo lo demás.
Salen unas castañas muy ricas y nada secas.
Queréis saber como o hago?
Vamos!!
Cogemos las castañas y las ponemos a remojo 15 minutos, os parece raro? la primera vez que lo probé también me lo pareció pero es el secreto de que no queden secas.
Escúrrelas y hazles un corte.
Hazles el corte por un lado
Repártelas por la bandeja y con el horno pre calentado a 200 ºC hornéalas durante 25 minutos.
Una vez hechas envuélvelas como es tradición en papel de periódico para que aguanten el calor, que así están más ricas.
Y si en ese momento no tienes, envuélvelas en un trapo de cocina.
Fáciles y ricas, no hay nada mejor para esta época del año.
Te animas? Hazlas así y me cuentas.
Mil besos dulces!!