Suelo decir con frecuencia que un blogger no sólo escribe de lo que sabe, también de lo que aprendeYo procuro aprender cada día de grandes cocineros. Y de una grande de la blogosfera gastronómica, conocí ésta deliciosa receta, y me gustó tanto, tanto que la hice en mi cocina. Tenía que probarla y contarles como llegó hasta mí, porque lo que siempre tuve claro es ése famoso dicho que dice así, "A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. La aprendí de mi admirada bloguera y amiga Lourdes:
Sinceramente, no recuerdo cuando conocí su blog," YA SÉ LO QUE QUIERO", no sabría decir cuando comencé a seguir sus recetas, sus publicaciones, a leer sus publicaciones, a admirarla; pero sí que puedo asegurar que es como si la conociese de toda la vida, porque ella, Lourdes, se hace querer. Es una gran artista y no sólo de la gastronomía, de la cocina, temperamental, simpática, culta, elegantemente arrolladora y sobre todo “granaina”, de ése paraíso andaluz que llaman Motril ¡¡ Casi nada !!
Ella cuenta así su navegar por el mundo bloguero, escribiendo su libro de bitácoras llamado "Ya sé lo que quiero", dice literalmente:
Mi blog vio la luz en un momento personal complicado, un momento de búsqueda y necesidad de crecer sin salir de mi entorno, de no quedarme inmóvil mientras los demás desplegaban sus alas.
Tras años apartada del mundo laboral, dedicada al cuidado de mi familia, por qué no desarrollar mi pasión por los fogones? Por qué no hacerlo de una manera más profesional, inyectándome directamente en vena una sobredosis de autoestima?.
La decisión estaba tomada y empecé por matricularme en un curso de cocina a distancia. Un curso que me supo a muy poco y al que quise dar continuidad con más cursos que, por desgracia, casi siempre me cogían demasiado lejos o requerían una dedicación exclusiva que no me pude permitir.
Así, para que lo asimilado no cayera en saco roto y para no dejar de aprender nació este blog :”Ya sé lo que quiero”. Una bitácora que me ha servido para mantener una disciplina de trabajo y estudio, mientras comparto contigo mis posts.
A sabiendas de que este mundo de los blogs de cocina está bastante saturado, he tratado de diferenciarme haciendo algo personal, con alma. Y me he mostrado yo misma en cada receta, apostando por un blog sincero.
Un blog honrado en sus contenidos, en el que a la explicación de muchas de las recetas presentadas se suman vivencias o reflexiones sobre mi manera de entender la vida.
Un blog amable en el que procuro narrar episodios alegres aunque, en ocasiones, los acontecimientos no me lo han puesto fácil, llegando a sentirme frívola por presentar deliciosos platos, mientras sé de hogares en los que la alacena se encuentra vacía.
Un blog que pone especial cuidado en la redacción de las recetas, para que tú también puedas hacerlas porque, no hay nada más tedioso que toparse con un libro de cocina mal redactado, en el que olviden incluir ingredientes o alguno de los pasos a seguir.
Un blog en cuya trayectoria he contado con el respaldo de un grupo de fieles seguidores. Ellos han supuesto un soporte emocional que me ha llevado a creer que mi esfuerzo ha merecido realmente la pena. Un blog que en sus comienzos, cuando la fotografía me era un mundo desconocido, tuvo la ayuda de Ana, mi niña, de cuyas manos salieron muchas de las fotos que ilustran las publicaciones.
Un blog que me ha hecho sentir realizada, importante e inmensamente feliz, especialmente cuando todavía escucho a mi chico presumir de comer como un rey y de mujer blogger.
Un blog que me ha llevado a encontrar y sumar amigos, gracias a esta afición mía de jugar a maga entre fogones.
Han pasado los años y Ya sé lo que quiero es hoy una web, en la que se almacenan cientos de recetas creadas durante años. Recetas originales, creativas, tradicionales o de fiesta. Recetas para disfrutar mientras las preparas y las compartes con aquellos que amas. Recetas elaboradas con el corazón, en la cocina de mi casa, a la que podrás asomarte siempre que quieras.
Y tú, sabes ya lo que quieres?
A lo que le contesto: sí, poder algún día llegar a la altura de tu arte gastronómico. De momento, me limito a intentarlo, a seguir sus pasos preparando una de sus recetas, una tortilla vaga con salmón y aunque estéticamente no esté ni mucho menos a su altura, les puedo asegurar que el sabor, la textura, la combinación de ingredientes es realmente espectacular, fantástica, deliciosa.
Gracias Lourdes por tu receta, por ésta genialidad de tortilla vaga y por tu amistad. ¡¡ Va por ti, mi tortilla vaga, siguiendo tus pasos !!
¿CÓMO LA HICE?
INGREDIENTES PARA UNA PERSONA:
1 huevo XL (tamaño grande), 1/2 aguacate grande maduro, aceite de oliva virgen extra, 2 cucharadas de salsa de soja, 1/2 cucharadita pequeña de tabasco, 1 cucharada pequeña de sésamo blanco, 1 cucharada pequeña de sésamo negro (ajonjolí), 2 cucharadas de zumo de limón, 1 cucharada de piel de limón rallada, popourri de pimienta recién molida, sal, huevas de salmón, tres cucharadas soperas de vino blanco seco y piel rallada de limón.
LOS PASOS A SEGUIR:
Cortar el salmón en trozos medianos (como de un bocado), colocarlo en un cuenco incorporando tres cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra, cuatro cucharadas soperas de salsa de soja, una cucharada sopera de sésamo blanco, media cucharadita pequeña (de las de café) de tabasco. Remover bien todos los ingredientes y dejarlo macerar.
Mientras en un recipiente echar las huevas de salmón con el vino blanco (así quedarán sueltas y se impregnarán del sabor del vino).
Pelar el aguacate y cortar trozos en forma de lonchas lo más finas posible (aunque mi arte no es en absoluto bueno, la receta original de Lourdes era realizar una especie de “rosas” uniendo las lonchas del aguacate, dándoles forma a fin de que realmente parezca una flor, estéticamente son preciosas)
Pintar con una brocha de cocina las láminas de aguacate a fin de que no se oxiden y no se pongan negras. Salpimentarlas.
Escurrir el salmón con un colador, reservando la mezcla del macerado.
En un plato echar la clara del huevo y batir hasta conseguir que haga espuma, agregar la yema y con cuidado mezclar bien, procurando que no baje la espuma conseguida. Salpimentar al gusto.
Poner la sartén en el fuego, una vez caliente, a fuego lento, echar la mezcla del macerado removiéndolo previamente a fin de que emulsione y a continuación añadimos el huevo batido, procurando que llegue a toda la superficie de la sartén y quede parejo, dejándolo cuajar lentamente.
Al comprobar que ha cuajado los bordes y un poco la base de la tortilla, añadir los trozos de salmón macerado. Cuando quede sólo un poco de la “espuma” del huevo ir añadiendo los trozos de aguacate en el centro. Dejar hacer unos segundos.
Mientras escurrir bien el salmón e incorporar las huevas sobre la tortilla repartiéndolos por la superficie.
Servir caliente, espolvoreándola con un poco de limón rallado y disfruten de ésta deliciosa tortilla, les encantará. ¡¡ Buen provecho !!