¿Como va el cambio de hora? A mi me cuesta bastante acostumbrarme, aunque merece la pena. Con el nuevo horario de verano tenemos más horas de luz para disfrutar de momentos únicos al aire libre, no? Y es que al menos por aquí, ésta primavera da gusto: hace muy buenos días y un calorcito de lujo (excepto el viernes….que hubo una tormenta!! ) . Pero sé que hay muchos sitios todavía que el frío está bien presente. Pero es lo que tiene ésta época del año…. que no hay dos días iguales, en cuanto al clima!
Y en ese sentido, nuestros vecinos de Inglaterra, saben un rato. Bueno por lo que me han contado….aunque se pase muchos días lloviendo, no es constante: tal como llueve, sale el sol un ratito, como más tarde puede granizar. Es por ese motivo que son precavidos y siempre van acompañados por un paraguas. Por si acaso…. No saben nada los británicos! Pero de lo que estoy segura es que sí saben aprovechar una buena oportunidad para quedar como reyes. Y es el caso del postre que os voy a presentar: el Trifle.
A simple vista puede parecer un postre bastante ridículo: hacer varias capas de dulces…. Pero lo cierto es que allá por el s. XVI a alguien se le ocurrió la brillante idea de recopilar las sobras de diferentes postres y darle un nombre, servirlo como una delicatesen y quedar como el mejor de los mejores.
Ejemplos de trifles que he encontrado: el primero muy británico (con arámdanos y fresas); el segundo con capas de caramelo y chocolate; el tercero de distintos chocolates; y el último con naranjas.
Los hay de muy elaborados, de muchos tamaños diferentes y de texturas variopintas, pero el trifle más clásico consta de las siguientes capas: una de nata montada (crema de leche) o crema chantillí; una de merengue italiano; una de crema inglesa (que no deja de ser la crema pastelera de toda la vida, pero no tan espesa, como la que preparé para la coca de llavaneres); una capa de bizcocho (que puede estar borracho o no); una capa de galletas o cereales para dar un toque crujiente y una capa de fruta fresca, siendo las fresas o frutos rojos los más usados. Pueden parecer un montón de filas de dulces distintos, y aunque así sea, la combinación de todas es fabulosa.
En mi caso, pienso que puede estar delicioso tal cual, pero que es una bomba de calorías…. también. Así que decidí hacer una versión más sencilla y creo que además también más ligera. Te digo los ingredientes que usé yo, y si queréis preparar el clásico tened en cuenta que van a variar bastante, ok? Bueno, pues los que yo necesité fue lo siguiente:
4-5 galletas digestive
1 yogur desnatado
1 puñado de cereales
5-6 fresas frescas
nata (crema de leche) para montar
Si vais a querer hacer el trifle clásico, necesitáis huevos, leche, azúcar y podéis utilizar bizcochitos de soletilla bañados en algún licor para tener a punto todas las capas que requiere la receta. Pero, insisto: yo cuento mi versión. Lo primero de todo es seleccionar el vaso o recipiente que vais a utilizar. Si queréis luciros delante de un buen grupo de gente podéis elegir una campana de cristal y hacer un mega-trifle, pero el que yo usé fue un tarro individual. Lo que sí es importante es que sea transparente para dejar ver las diferentes capas (si no, no tiene gracia!)
En primer lugar puse una capa de galleta; machaqué las galletas digestive hasta dejarlas echas polvo y cubrí el fondo del tarro. Con la ayuda de una cuchara presioné un poco (aunque no mucho). A mi me gustan unas que compro en el súper de al lado de casa, que tienen un toque saladito. Pero puedes poner las que más te gusten a ti.
Después eché el yogur blanco por encima (así, sin más), y como la capa de galleta estaba un poco suelta, el yogur se coló por medio.
La tercera capa era la de las fresas: a trocitos pequeñitos…. no eran fresas ácidas del Maresme (que son las típicas de mi zona y que me encantan), sino más bien dulzonas, ideales para ésta combinación sin azúcar.
Para el toque crujiente que pide la receta escogí un muesli de copos de avena y demás que vienen en forma de pelotitas. No lo había probado hasta entonces, pero lo cierto es que acerté de pleno. Tu elige el que más te guste, aunque sea con sabor a chocolate, porqué también quedará bien.
Y por último, lo culminé con una capa de nata montada (crema de leche) con un par de trocitos extra de fresas. Yo no le añadí azúcar mientras la estaba montando, pero sabes que siempre puedes poner tu toque. Al igual que si decidieras ponerle un poco de esencia a vainilla a la nata (crema de leche)….sería perfecto!
Aún siendo de los más simples que os he mostrado, estoy muy contenta con el resultado. Puse una cañita pensando que sería más “cool” pero terminé cogiendo la cuchara! Y de verdad que es un gustazo cuando se mezclan todas las capas. Y como es un postre que admite muchas variantes, la próxima vez que lo prepare seguramente lo haré diferente. Pero eso ya os lo contaré. Por ahora, solo deciros que aunque seáis pequeños y no os dejen cocinar en casa, seguro que éste postre lo podéis hacer si vuestra madre, abuela, tío o hermano ha preparado alguna crema antes y haya sobrado. O por el contrario, es una buena excusa para hacer partícipe al peque de la casa. Seguro que os lo pasáis de lujo y tenéis un dulce recuerdo. Pruébalo! Hasta la próxima golos@s.
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