Aunque no tomo postre prácticamente nunca, después de comer muchas veces me gusta tomar un trocito de chocolate. (Yo compro siempre el que tiene 85% de cacao, pero si os parece demasiado fuerte, a partir del 70% está bien . Si tiene un porcentaje menor de cacao ya no es recomendable, porque tendrá demasiada cantidad de azúcar.). Alguna vez sí que me pica por hacer algún postrecito. Este, que salió improvisado, me encantó, así que quiero compartirlo para que lo preparéis vosotros también.
Un postre de aprovechamiento
La base: granola
Como os decía, es un postre que recuerda a la cheesecake o tarta de queso. Lo podemos preparar en vasitos individuales o en un único molde. Para la base he utilizado granola casera. Vosotros podéis hacerla también en casa siguiendo nuestra receta o cualquier otra. También se puede comprar hecha, pero id con cuidado con los ingredientes porque la mayoría tienen mucho azúcar. En cualquier caso, solo vamos a poner un poquito en la base, así que si la preparáis en casa la podéis tomar también en desayunos con yogur o con fruta.
El relleno: yogur y requesón
El relleno es una mezcla de ricotta o requesón y yogur griego. Si no queréis comprar los dos se puede hacer solo con yogur o solo con requesón. En el caso de que necesitéis un poco de dulzor, porque no estáis acostumbrados a tomar el yogur natural sin edulcorar, le podéis añadir una cucharadita de pasta de dátiles.
La cobertura: frutas y chía
Finalmente, la cobertura de estos vasitos de cheesecake sin azúcar, que parece una mermelada, se hace con semillas de chía y fruta. Se puede hacer con cualquier fruta que os guste: frambuesas, arándanos, fresas, mango… Yo utilicé una mezcla de frutos rojos que vienen congelados en bolsas y que siempre tengo en el congelador. Lo ideal es triturar la fruta y mezclarla con las semillas de chía el día anterior. Se deja en la nevera y así adquiere esta textura de mermelada. Otra vez os vuelvo a repetir que podéis añadirle una cucharadita de pasta de dátiles si lo queréis dulce (y no os basta el dulzor de la fruta). Opcionalmente, también se pueden añadir unas gotitas de jugo de limón a la mermelada.
Esta mermelada es, nutricionalmente, una buena opción. No incluye ningún paso en el que se caliente la fruta y por lo tanto no se liberan los azúcares ni se pierden nutrientes. La gelatina que suelta la chía al hidratarse hace nos quede una textura perfecta.
Si os fijáis, la granola la podéis tener hecha y la mermelada también (y utilizarla para el pan, para añadir al yogur, etc.). El yogur y el requesón son alimentos que también tengo habitualmente en la nevera. Así que ahora entendéis cómo surgió este postre. Con imaginación y sin mucho esfuerzo. El esfuerzo más grande fue esperar a terminar de hacerles fotos para degustarlo ;).
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Vasitos de cheesecake sin azúcar y sin horno
Rinde: 1 persona
Ingredientes
Para la base:
2 cucharadas de granola casera Para el relleno:
2 cucharadas de yogur griego y 2 de requesón (1 cucharadita de pasta de dátiles de manera opcional) Para la cobertura:
3 cucharadas de mermelada de chia y frutos rojos. Se prepara triturando unos 150ml de frutos rojos congelados (u otra fruta). Se mezcla con dos cucharada de semillas de chia y se deja enfriar una noche en la nevera. Se puede añadir dulzor con una cucharada de pasta de dátiles. Preparación
La preparación es muy sencilla porque partimos de elaboraciones previas. Colocamos la granola como base, añadimos la mezcla de yogur griego y requesón, y finalmente unas cucharadas de la mermelada. Se puede tomar al momento o dejar en la nevera para consumir en otro momento. 4.26
¿Vas a probar estos vasitos de cheesecake sin azúcar?
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