Aprendiendo a hacer queso fresco de cabra



Como ya podréis apreciar los que me conocéis un poco el queso me pirra. Me encanta en todas sus variedades, curado, tierno, cremoso, de vaca, de cabra... Pero uno de los que utilizo casi a diario es el queso fresco y llevo tiempo queriendo conseguir el reto de hacerlo.

Y es tanta la curiosidad que tengo en ver cómo se elabora, que nos enteramos que en Tibi, un pueblecito del interior de la provincia de Alicante cercano a la hermosa sierra del Maigmó, hay una quesería que aparte de ofrecerte una degustación de los quesos que produce, te enseña a hacer el queso fresco de cabra. Así que dicho y hecho, unos buenos amigos hicieron la reserva y allí nos presentamos.



Nada más llegar nos recibió Liliane una suiza de nacimiento y tibera de adopción, que nos contó cómo ha llegado hasta aquí. También nos contó lo difícil que fue tirar hacia adelante y cómo surgió la idea de hacer quesos. A pesar de lo que muchos creíamos que por ser suiza tenía que tener algo de idea en hacer queso, no podíamos estar más equivocados.

Todo lo que sabe sobre cómo hacer queso lo aprendió aquí y a base de practicar mucho. Cuenta con la ayuda de su marido Julio, un mutxamelero que se encarga de cuidar a las cabras y que le enseñó todo lo que sabe de ellas, ya que lo aprendió de pequeño ayudando a sus padres. Y bueno, una vez hechas las presentaciones, nos metimos en materia.


Lo primero que hizo fue darnos a probar la leche ordeñada de sus cabras y el kefir, al mismo tiempo que nos contaba las curiosidades que rodean todo este mundo. Mientras comenzamos a degustar los quesos que elabora, nos dirigimos a la cubeta donde estaba la leche que había estado calentado y reposando para hacer el queso.


Ella utiliza cuajos químicos para elaboración, puesto que son unos cuantos los quesos que produce y muchos los controles de calidad que pasan todos sus productos. Pero nos dijo que para hacer un queso en casa, las proporciones son un litro de leche, el zumo de un limón (nuestro cuajo) y un poco de sal.

Una vez dicho esto empezó a remover la leche con una especie de espumadera para que se cortara y después se puso a escurrirla para separarla del suero. Con la mezcla que estaba bien escurrida rellenamos los moldes y el suero que sobró, lo fue poniendo en cubos.


Después que los quesos estaban en los moldes y puestos a reposar, en una olla puso el suero. Cuando estaba caliente, antes de comenzar a hervir, cogió una espumadera y fue colocando la espuma que iba saliendo en otro molde, para formar el requesón.

También nos enseñó los tiempos con los que curar los quesos y las posibles cortezas que podíamos hacer con condimentos como el ajo, el pimentón... Y bueno entre hacer el queso y degustar sus deliciosas elaboraciones, se nos pasó la mañana de una manera muy amena y divertida, en la que también descubrimos las propiedades de la leche de cabra, para hacer jabón, tal y como nos contó una amiga pamplonica de Lili.


Para finalizar en la tienda vimos sus enormes calabazas y cebollas, ya que además de las cabras, Lili nos contó que tiene un huerto que la abastece de lo que necesita y cerdos, con los que hace el embutido. Como veis, este pequeña quesería aparte ser un comercio de producto de proximidad, contribuye al crecimiento sostenible.

Ahora me queda a mí aplicar lo aprendido y contaros cómo me ha quedado.



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Etiquetas: Curiosidades

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