Me voy a dejar de audiencias y de estrategias entre cadenas y voy a empezar a hablar de lo importante, como se han desenvuelto los concursantes esta semana. Como ya sabrás, si has visto el programa alguna vez, los concursantes deben realizar tres pruebas, la primera es la prueba de autor, la prueba técnica y el reto final (Wow)
En la prueba de autor tuvieron que hacer una reinterpretación de la tarta de la abuela, una tarta muy sencilla de preparar a base de galletas, crema pastelera y chocolate. Para darle más emoción invitaron a 9 señoras de avanzada edad a modo de pinches/abuelas, para que les ayudaran en la receta. Para mi, lo raro fue que no eran familia de los concursantes y se veía claramente que la intención era más que ayudar, poner nerviosos a los concursantes. La prueba terminó con luces para unos, como Rubén, Iván y Sonia y sombras para otros como Mónica.
La prueba técnica consistió en hacer un castillo de naipes, en el que las cartas eran galletas con fondant. Esta prueba siempre es una cata a ciegas, pero tengo que decir que fue un auténtico desastre, fueron muy muy pocos los que terminaron el castillo y eso que tenían la receta. La mejor en esta prueba fue Esteffana, pero la verdad es que no tuvo rival y cada vez se postula más como clara favorita.
Aquí te dejo el link con la receta del castillo de naipes
Llegamos al reto final Wow donde tenían que preparar un trampantojo y para ello les dieron 4 horas, a mi ese tiempo me parece bastante y de hecho se notó en el resultado, hubo postres muy bonitos que de verdad parecían otra cosa. Por ejemplo, Esteffana y Alba prepararon una “pastilla de jabón” aunque este duelo lo ganó de largo Esteffana. Otro de los que triunfó con su trampantojo fue Rubén y le valió para hacerse con el preciado delantal azul, lo que significa que ha sido el mejor de la semana y en el programa siguiente tendrá una ventaja.
Una vez repasado el programa vamos a esos detalle que Mediaset nos brinda para que nunca se nos olvide que antes que un programa de cocina es un show. Como en todos los programas siempre hay momentos de presión y de tiranteces, pero en lugar de dejarlos pasar empiezan el programa con el momento conflictivo de la semana anterior. Mostrando conversaciones de los concursantes detrás de las cámaras, lo que provoca la sensación de que cada nuevo enfrentamiento se sumará al anterior hasta hacer una bola de nieve y conseguir que se acaben peleando durante los cocinados y si no, tiempo al tiempo.
No contentos con ese comienzo de Bake off, durante el cocinado de una de las pruebas Jesús Vázquez se acercaba para preguntar a ciertos concursantes que si tenía problemas con unos o con otros, dejando en segundo plano las recetas.
Pero para mi, la guinda del pastel la puso Sonia, de profesión psicóloga, y que a simple vista parece tener serios problemas de autoestima. En todas las pruebas suele estar seria y ser bastante desagradable con sus compañeros, no suele contestar a las preguntas o directamente les responde mal. La cosa cambia cuando el jurado valora uno de sus platos de manera negativa, en ese momento saca su lado más vulnerable y comienza a llorar sin consuelo, los minutos pasan, el jurado y Jesús Vázquez intentan consolarla, mientras que las caras de los compañeros son de incredulidad.
A mi personalmente me parece que interpreta un papel, a nadie nos gusta que nos digan que hacemos las cosas mal, pero en la vida hay que saber encajar las críticas y más cuando estás delante de un jurado que está ahí para juzgar tu plato. Lo que más me llama la atención es que es psicóloga y eso creo que debería llevarlo más interiorizado.
Hasta aquí mi resumen del tercer programa de Bake off España, veremos qué pasa la semana que viene y cómo evoluciona el culebrón que Mediaset empieza a forjar.
Nos vemos pronto!!!
Fuente: este post proviene de Pasión PorLa Gastronomía, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado: