Tengo muchas entradas preparadas pero he querido empezar por esta porque es la que tengo más reciente y quería compartirla con vosotros.
Por si no lo sabéis a mi la pizza me encanta, cada vez que voy a un italiano no puedo resistirme a probar alguna y eso que siempre pienso, esta vez pido pasta, pero en cuanto llego a la sección de pizzas estoy perdida y ya no hay vuelta atrás.
Bueno, pues vamos al lío, empezaré hablando del restaurante Ginos que para quien no lo sepa es una franquicia muy conocida donde se sirve comida italiana y sinceramente no me parece el peor sitio al que ir a comer, pero eso si, si vais os recomiendo que lo hagáis los días que hay menú, que por 12,95€ tienes entrante, principal, bebida y postre o que cojáis alguna oferta. Estos consejos os los doy porque yo no lo hice y sinceramente, me pareció bastante caro.
Cuando llegué al restaurante me dieron las cartas e incluso me dieron la del menú, porque sí, había menú disponible pero yo quería probar la pizza de trufa y huevo desde el día que la vi. Aunque reconozco que estuve tentada de coger el menú porque el precio de la pizza era de 13,95€, precio que ascendería al sumarle la bebida, que en mi caso iba a ser agua. Reconozco que llevaba unas expectativas muy altas y eso seguramente hizo que tuviese una opinión sesgada de la pizza. La culpa es en parte del recuerdo de una similar que probé hace bastante tiempo en la Tagliatella, también llevaba trufa, huevos de codorniz y prosciutto, que es el jamón serrano de Italia y el recuerdo que tengo de esa pizza es espectacular y por eso pensé que esta pizza me iba a gustar tanto o más que la otra.
Nada más llegar la pizza a mi mesa me decepcionó, para mi gusto los bordes estaban demasiado tostados y uno de los huevos se les había roto por lo que estaba totalmente cuajado. Pero faltaba probarla, porque para mí lo más importante es el sabor. Los ingredientes de esta pizza son trufa, jamón, boletus y dos huevos, todo ello sobre una base blanca.
Como veréis con esos ingredientes es muy complicado que estuviese mala y no lo estaba, pero hay cosas que no me gustaron mucho. Como dije antes nada más verla vi los bordes muy tostados y así era, realmente estaban muy secos, tanto que casi tengo que pedir otra botella de agua. Por otro lado, el huevo que se había roto y estaba totalmente cuajado, le quitaba gracia al plato, porque si ya de por sí, un huevo es grande y cubre bastante parte de la pizza si está totalmente cuajado da aspecto de tortilla. Los boletus se podían contar literalmente, yo entiendo que es un producto caro, pero el precio de la pizza tampoco es barato. Por último quería hablar del toque de trufa, porque a veces menos es más. Me explico, tenía claro que no me iban a rallar trufa fresca, sabía que la usarían en pasta, el problema es que ese producto es muy potente y la forma en que la incorporaron al plato es a través de pegotes, por lo que cuando te tocaba ese bocado, el sabor a trufa era demasiado intenso, de hecho me estuvo repitiendo toda la tarde.
En fin, quería contaros mi experiencia sobre este plato, si queréis probarla seguro que os gusta porque la pizza está rica, eso si, como consejo comedla sólo en el restaurante, porque si la pedís a domicilio no sé como os van a llegar los huevos.
***Estoy releyendo la entrada y vaya última frase para terminarla, jajaja.
¿La habéis probado? ¿Os ha gustado?
Nos vemos pronto!!!