Buenasssss, a que os he sorprendido??? Un martes y yo por aquí, pero todo tiene un motivo, ahora os cuento.
El jueves publicaré una receta que tiene como protagonista principal a las cerezas, pero han de estar deshuesadas, y por eso hoy os traigo el previo.
Hay muchos métodos para hacerlo, incluso hay utensilios de cocina específicos, pero en mi cocina ya no cabe un artilugio más (o puede ser que sí pero este no es una prioridad), y entre unos y otros yo he optado por este que me ha parecido el más sencillo y económico.
Únicamente vais a necesitar unas cañitas (de las de refresco), y una dosis de paciencia, eso sí.
Ahhhh, y también necesitáis las cerezas por supuesto.
Vamos a empezar.
Cogemos la cereza y pondremos la cañita por el lado contrario a donde tiene el rabito, y ahora se trata de ir apretando hasta que el hueso salga por el otro lado.
Y ya está, no tiene más secreto.
Lo que sí que necesitaréis es más de una cañita, pues a medida que vayamos sacando el hueso se irá doblando, así que habrá que sustituirla.
Y también un par de platos, uno para los huesos y otro para las cerezas, ufff, quizás este punto no requería explicación no???
Lo bueno es que quedan perfectas, y ya veréis el jueves el postre que he hecho con ellas que, creo, os va a enamorar.
Y esto es todo por hoy, ya sabéis que podéis estar un poco más al día si me seguís a través de las redes sociales.
Un beso enorme a todas/os.