El método para conseguir unas patatas crujientes es llegar al equilibrio perfecto entre la cantidad de almidón (su exceso produce una patata blanda), pectina (evita que se deshaga una vez cocinada) y azúcares.
Primero tenemos que pelar y cortar las patatas en tiras finas, y las dejamos en remojo al menos 2 horas antes de cocinar para eliminar los excesos de almidón de las patatas, ahí es donde está el truco para tener unas patatas perfectas. Pasado ése tiempo las sacamos del agua, las escurrimos bien y las secamos con papel absorbente.
A continuación, ponemos en una sartén aceite de girasol o de oliva, pero de sabor suave en abundancia y lo dejamos calentar hasta alcanzar una temperatura mínima de 180ºC. Una vez esté el aceite bien caliente vamos metiendo las patatas fritas en pequeñas tandas hasta que estén bien doradas, en ése momento, las sacamos y las ponemos en papel absorbente para escurrir la parte del aceite sobrante.
Una vez que hemos fritos todas las patatas y escurrido las pasamos en una fuente para servir, las salamos bien y ya están lista para hincar el diente y acompañar con tu salsa preferida.
¿Cuál es tu truco para preparar unas ricas y crujientes patatas fritas?
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