1. Ahorra tiempo y esfuerzo
Lavar los platos es una tarea ingrata, ¿por qué no dejar que una máquina pueda hacerlo, gestionando un mejor uso de su energía y así dedicar un poco de este tiempo al ocio? Para cargar y descargar el lavavajillas, tardarás sólo 15 minutos, en comparación a los casi 45 minutos que te llevaría lavarlos a mano. Sin duda alguna, te ayuda en ahorrar tiempo.
Estadísticamente, se estima que una familia formada por 4 personas puede ahorrar hasta 15 días por año, simplemente usando un lavavajillas.
2. Ahorra agua
Además de ahorrar tiempo y esfuerzo, el lavavajillas necesita de menos agua que los lavados con métodos tradicionales. ¿Cómo? Gracias al proceso de reciclaje y el filtrado de la cantidad mínima de agua. Es importante para no desperdiciar el agua.
Se cree que para lavar los platos en el fregadero de la cocina se consume en promedio más de agua que no si pusiéramos en marcha el lavavajillas.
3. Ahorro de energía
La mayoría de los lavavajillas fabricados desde 1994 consumen menos agua por ciclo que el equivalente necesario para lavar los platos a mano, pues el agua se recicla durante el lavado. Los modelos más nuevos calientan el agua sólo en la medida estrictamente necesaria; también, aquellos que se cargan con agua fría, muestran que la calefacción se lleva a cabo dentro del propio lavavajillas, no en el sistema de la caldera o calefacción central, así como la dispersión del calor durante el lavado. Sin duda alguna es un elemento muy importante.
4. Ahorro de dinero
Se ha demostrado científicamente que el lavado de una carga en el lavavajillas ahorra más agua y energía que lavar los platos a mano. Con la subida de los precios de los servicios públicos en los últimos años, esta acción podría ahorrarnos hasta un 50% de energía al año.
5. Mayor higiene
Una de las razones por las que los platos salen más limpios, y desinfectados, es que con el lavavajillas se pueden alcanzar temperaturas más altas del agua que las que toleraría nuestra piel y manos. Además, se pueden añadir detergentes más agresivos al lavavajillas, obteniendo así la forma más higiénica para proteger a los tuyos de los gérmenes y bacterias que se acumulan en las esponjas, estropajos y paños.
6. Platos más espumosos
Poder usar detergentes de lavavajillas comporta resultados muy eficaces ya que contienen muchos principios activos que no incorporan los detergentes comunes; además, no fallan a la hora de disolver y eliminar la suciedad durante un ciclo de lavado, dando resultados brillantes.
7. Utilidad en el hogar
A nadie le gusta ir a la cocina y ver decenas de platos para lavar por todas partes. Además de ser antiestéticos, huelen mal y, si se acumulan, con el tiempo, son más difíciles de limpiar.
A menudo, lavar los platos a mano puede crear discordia en el hogar. ¿A quién le toca hoy? Por ello, vale la pena invertir en un lavavajillas. Quien tiene uno, puede asegurar que definitivamente: ¡vale la pena!
Fuente imagen: KitchenIt