Pero aunque haga todo ese trabajo de limpieza él solo, merece que le prestes algo de atención para garantizar que seguirá funcionando correctamente durante mucho tiempo. Con las sencillas pautas de mantenimiento y uso que te apuntamos a continuación seguro que tu lavavajillas rinde mejor y evitarás averías que muchas veces pueden prevenirse, con el ahorro que esto conlleva.
La dureza del agua: uno de sus principales enemigos
Para que el lavavajillas funcione correctamente y la vajilla salga sin restos de cal, es importante que el agua con el que se lave sea blanda. Si donde vives no lo es, es básico entonces que uses sal especial para lavavajillas, una sal específica (no vale la de mesa), con unos gránulos grandes que actúan para que el descalcificador funcione mejor.
Esta sal para lavavajillas se echa en la unidad del suavizante que encontrarás normalmente en la parte inferior del desagüe. Desenrosca el mismo y echa ahí la sal No olvides enroscarlo bien de nuevo para que la sal no se salga. Se recomienda cambiar la sal del depósito una vez al mes y controlar los niveles de los ablandadores de agua para que el funcionamiento de la máquina sea óptimo.
La limpieza del lavavajillas
Si tu lavavajillas estando vacío tiene un olor desagradable, tiene restos de comida en el filtro o en el brazo rociador y, sobre todo, ves que no deja la vajilla totalmente limpia después del lavado, todo esto te está indicando que necesitas limpiar tu lavavajillas por dentro. Un lavavajillas sucio es sinónimo de un peor rendimiento que a la larga puede averiarlo.
Existen piezas como el filtro de la parte inferior o las baldas que las puedes quitar y limpiarlas de forma fácil. De igual forma puedes eliminar restos acumulados de las esquinas del lavavajillas y las bisagras con la ayuda una esponja y agua con jabón. Para una limpieza completa de la grasa no visible ni la cal, incluso en las mangueras, activa una vez al mes un ciclo de lavado con el lavavajillas vacío, solo con un limpiamáquinas de calidad en su interior que lo dejará como nuevo.
Otras tareas sencilla de mantenimiento
- Presta atención a los restos de comida: limpia bien los platos, bandejas y recipientes de restos de comida antes de meterlos en el lavavajillas porque un exceso de estos obstruirán el filtro.
- Coloca de forma adecuada tu vajilla y menaje: permite que el agua circule correctamente por todas partes y sobre todo, asegúrate de que ningún objeto impide que el brazo rociador gire. Con ello no solo proteges a tu máquina de alguna avería, sino que conseguirás que tu vajilla quede impecable.
- Usa un buen abrillantador: este no solo tiene la función de hacer que tus vasos y copas resplandezcan, sino que hace que el agua caliente resbale mejor por todas las superficies lo que facilita el trabajo de secado de la máquina. Así, lo mejor es recurrir a soluciones como las pastillas de triple acción, que combinan polvo, gel y powerball todo en uno, para asegurarnos de emplear un producto de calidad y no tener que elegir entre pastillas o gel. Este tipo de producto nos permite limpiar la vajilla y cristalería en profundidad , eliminando todos los niveles de suciedad y dejando la vajilla y cristalería relucientes. ¿Cómo? Muy sencillo, el polvo permitirá eliminar toda la suciedad incrustada, el gel le dará un toque reluciente y la powerball aportará el perfecto acabado final.
Como ves, son solo unas pautas de mantenimiento que apenas te quitarán tiempo y que garantizarán una larga y mejor vida a tu lavavajillas.