Si bien es cierto que esa frecuencia va a depender de cuantas veces usas tu lavaplatos, desde Vivienda Saludable queremos ofrecerte una serie de recomendaciones al respecto para que le saques el mayor partido. Así debes limpiar el lavavajillas:
Retira los restos de comida -mejor con una servilleta o con un papel que con agua- de los platos y vasos antes de meterlos en el lavavajillas. Así evitarás que se acumulen restos que puedan obstruir el funcionamiento del electrodoméstico.
No todo se puede meter en el lavaplatos, y es importante la disposición que hagas de platos, vasos, cubiertos, cacerolas, etc. Ten en cuenta que el lavado colocado en el cestillo inferior es más caliente e intenso, perfecto para lo más sucio, incluidas ollas y cacerolas. La cristalería, tazas y piezas delicadas, mejor en la parte superior.
Para limpiar el lavavajillas usa siempre la dosis correcta de detergente. Ni más ni menos. La opción recomendada por el fabricante suele ser la opción más adecuada.
Limpia los filtros: como mínimo una vez a la semana. Para acceder a él, saca la bandeja inferior hasta que puedas ver el fondo del aparato. A continuación, si giras el cestillo de plástico en el sentido contrario a las agujas del reloj, la placa quedará suelta, por lo que podrás tirar hacia arriba y sacarla. Retira los residuos que haya en el interior del filtro y enjuágalo bien con agua y jabón hasta retirar todos los fragmentos. Puedes ayudarte para esta tarea de un cepillo de dientes. Si el filtro está muy sucio o nunca se ha limpiado, puedes dejarlo a remojo en agua caliente de 15 a 20 minutos. Una vez limpio y seco, vuelve a colocar el cestillo en el sentido de las agujas del reloj para que quede bloqueado.
Limpia las bandejas: puedes sumergirlas en un barreño con una disolución de agua tibia y un chorrito de jabón. Con un paño, trapo o esponja límpialas con detenimiento, incluyendo la de los cubiertos. Sécalas bien con un papel de cocina antes de volver a ponerlas y comprueba que se deslizan con facilidad
Limpia las aspas: los expertos recomiendan hacerlo dos veces al año. Para quitarlas, ten en cuenta que suelen ir a rosca o, simplemente, tienes que hacer una pequeña presión para que puedas extraerlas. Quítales los restos que puedan tener con una mezcla de agua caliente, jabón y un producto desengrasante, en el caso de que presenten mucha suciedad. Puedes ayudarte de un palillo de dientes para eliminar los restos más resistentes.
Limpia la junta de la puerta y las gomas: con un paño humedecido en jabón y agua, repasa la junta de la puerta y las gomas. Las gomas de este electrodoméstico también acumulan grasa, suciedad e incluso moho. Si observas que hay moho, prepara y aplica con un paño o una esponja una disolución de un chorrito de lejía con agua fría.
Limpia los conductos internos: para lo que necesitarás productos específicos que puedes encontrar en cualquier supermercado. Lo importante es leer bien las instrucciones del fabricante antes de añadir el producto al lavavajillas. Se recomienda hacer este tipo de limpieza una vez al mes o cada dos meses, o después de mucho tiempo sin usar este electrodoméstico. Confiamos en que, siguiendo estas indicaciones para limpiar el lavavajillas, podrás sacar el mayor rendimiento y conseguir que tu menaje siga en las mejores condiciones posibles.