Este verano he parado poco en la cocina, la verdad. Tengo algunas cosas hechas que ya os iré enseñando pero el buen tiempo y las vacaciones me han tenido un poco alejada de ella. Con el calor apetece más salir de casa que encender el horno.
Como el tiempo anda un poco loco, hemos pasado de tener casi treinta grados a bajar, de un día para otro, a la veintena. Con lluvia y más lluvia.
No me gusta mucho meter en la nevera la fruta. No tengo esa costumbre y con las tormentas se estropea. Tuve que aprovechar unos plátanos que se estaban poniendo bastante feos y como hemos tenido un día muy lluvioso he cambiado salir de paseo por encender el horno.
La receta ha sido un poco de aprovechamiento ya que ni la tenía planeada ni sabía muy bien qué hacer con ellos, así que rebuscando en la despensa encontré una lata de dulce de leche que tenía ya hacía tiempo y ni me acordaba de ella. Me pareció que la mezcla podía quedar bien y sí, nos ha gustado, seguramente la repetiré.
Ingredientes:
3 plátanos muy maduros.
2 huevos (a temperatura ambiente).
90 grs. de azúcar moreno.
180 grs. de dulce de leche.
220 grs. de harina
10 grs. de levadura
125 ml. de aceite de girasol.
1 pizca de sal
Elaboración:
Como siempre y antes que nada ponemos el horno a precalentar a 180ºC, y medimos y preparamos todos los ingredientes para poder tenerlos a mano.
Tamizamos la harina junto con la sal y la levadura y engrasamos un molde y lo enharinamos. También es conveniente dejar ya separadas las yemas de las claras porque las usaremos por separado.
Una vez que ya tenemos todo vamos a mezclar el aceite junto con el azúcar y cuando ya se vayan integrando ambos ingredientes iremos vertiendo una de las yemas mientras seguimos removiendo y a continuación la otra. Puede hacerse a mano con una cuchara de silicona. Después ponemos los ingredientes secos en tres o cuatro veces, es decir la harina, la levadura y la sal. Al final nos quedará una masa a la que parece que le cuesta compactar. Llegados a este punto, sinceramente, pensé que se había cortado la masa y que lo mejor iba a ser tirarla y empezar de nuevo… pero no. Que no cunda el pánico que todo va bien.
Mientras que hemos hecho la masa, en el robot hemos puesto las claras con la varilla hasta alcanzar el punto de nieve.
Separamos la masa en dos mitades iguales y añadimos con movimientos suaves pero firmes en una de ellas los plátanos que previamente habremos machacado con un tenedor y en la otra con movimientos envolventes el dulce de leche.
Aquí me di cuenta de que tenía ya mejor aspecto y para mejorarlo aún más le añadí a la masa del plátano la mitad de las claras montadas con movimientos suaves y de arriba a abajo. Luego hice lo mismo con las claras restantes en la masa que lleva el dulce de leche.
Ahora ya las podemos poner en un molde. Utilicé uno de plum cake y en él vertí primero la masa que llevaba el plátano y cuando ya la tenía bien extendida le di unos golpecitos contra la encimera y puse encima la del dulce de leche.
Y al horno durante unos cincuenta minutos.
Consejos:
Cubrir con papel de aluminio los primeros treinta o cuarenta minutos es una buena opción para que no se haga la parte de arriba muy rápido y la corteza no le permita subir, además se tostaría demasiado pronto.
Ya sabéis: si al pinchar un palillo sale limpio es porque el bizcocho está hecho.
Al acabar la cocción dejar el horno apagado y la puerta entreabierta, para que el bizcocho no se baje. Al menos durante diez minutos, después sacar y desmoldar cuando ya esté frío.