Sin duda alguna, las catas más conocidas por todos los usuarios son las de vino, pero, en realidad, se pueden hacer catas de cualquier tipo de bebida y alimento. Las tenemos de aguas, las más nuevas y sorprendentes, y también de cervezas, una de las bebidas más refrescantes y que mejor combina con todo tipo de comidas.
Para ser un buen catador de cervezas hay que tener presente una serie de rasgos que no difieren mucho de las catas de vinos. El color, la vista y el gusto de cada una de ellas definen sus propias características. Aquí el proceso de fermentación es algo muy importante.
La bebida de Alemania
Todos sabemos que la cerveza es la bebida por excelencia de toda Alemania. Allí, a diferencia de nuestro país, hay diversidad de tonalidades, desde las más doradas y con espumas a colores más oscuros y sabores amargos con mucha fermentación. El Biergarten del Hotel Princesa Sofía, una terraza al más puro estilo alemán, nos enseña una cata de cervezas especial. Las distintas composiciones se traducen en una explosión de sensaciones en el paladar.Guillem Laporta, reconocido cervecero catalán propietario de La Cerveteca, un espacio de referencia en el impulso, investigación y difusión de la cultura de esta bebida, comenta que en Alemania la cerveza tiene una normativa vigente desde el año 1116: “Esta normativa regula los ingredientes que deben ser utilizados para su elaboración. Regula tanto cervezas de baja fermentación como de alta fermentación”.
De esta forma, se establece que para la elaboración de las de más baja fermentación, llamadas Lager, sólo se puede utilizar agua, cebada malteada, levadura y lúpulo, mientras que para las cervezas de alta fermentación se permiten otros cereales que no sean la cebada, como el trigo, pero siempre malteada.
Vista, olfato y gusto
En primer lugar hay que tener presente que una cata de cervezas se realiza partiendo de aquellas que tienen menor graduación hacia las de mayor graduación porque podríamos saturar nuestros sentidos. Las que utilizan baja temperatura para su fermentación tienen menor graduación y “son más limpias de sabores”, explica Guillem Laporta.Para todas las cervezas, en su parte visual nos centramos en el color, la transparencia, la espumación de ésta y la cantidad de burbujas. El experto comenta que “a una mayor graduación, la burbuja se hace más gruesa, y hay una espuma abundante al principio que poco a poco va desapareciendo”.
Las de baja fermentación tienen un tono amarillo dorado, con burbujas muy pequeñas y totalmente translúcidas.
Huelen a hierbas de campo y a vegetales. El lúpulo, que hace de antioxidante, aporta aroma y sabor dulce. Es en la parte olfativa donde más se distinguen las cervezas de alta fermentación de las de baja fermentación. Las de alta fermentación tienen aromas propios del trigo y otros cereales, más amargas y con sabores algo más afrutados. La vainilla es una característica cuando probamos las cervezas realizadas con trigo.
Cerveza negra y fermentación
En otros países, el tono rubio se va oscureciendo, dando paso a cervezas negras, dependiendo del tipo de fermentación. Éstas también están realizadas con trigo y malta. “Los aromas de malta, mantequilla y repostería, aportados por la levadura de fermentación baja, caracterizan algunas de estas cervezas”, comenta Guillem.
Para elaborar la cerveza ‘estándar’ se utiliza cebada rubia, y para las de mayor fermentación se incorporan cereales más pesados y tostados para darle color. Además, “con el sabor a malta la sensación de acidez es más acusada”.
Las cervezas más potentes, de gran fermentación y mayor grado de alcohol, nos aportan mayores calorías y son esenciales en épocas de ayuno. “Son cervezas oscuras, con intenso olor a malta pura, levadura y lúpulo”, explica Guillem. En cuanto al sabor, todo es más contundente, recordando al regaliz y al café, y algunas veces llevan ciertas notas de chocolate.
Gracias a las anotaciones aportadas por expertos en el mundo de la cerveza, resultará más agradable disfrutar de esta bebida porque sentiremos más su sabor y su aroma.
Imagen: Guillermo Pérez