¿Te aburre comer siempre lo mismo?, ¿estás harto de jugar a ser Adriá para acabar deconstruyendo no tus platos, sino todo tu menaje de cocina? No te compliques y prueba con las cosas sencillas y sabrosas. Prueba a hacer una cata de carne en tu casa.
Seguro que estás familiarizado con las catas de vino o incluso con las de agua, toda una novedad cool en el mundo de las degustaciones. Nosotros te proponemos algo un poquito más original: una cata de carne. Para realizarla, sólo tienes que adquirir varios tipos de ternera o de auténtico buey y echarle imaginación. Además de disfrutar de una suculenta comida o cena, podrás comprobar sus diferencias y elegir tu preferido. En fin, toda una experiencia: original, divertida y sobre todo, rápida de preparar.
Antes de sentarte a la mesa
Si lo que quieres es quedar como un auténtico profesional en esto de las degustaciones, para comenzar la cata puedes realizar un pequeño cuestionario previo. Así podrás definir tus gustos y los de los demás comensales. Para ello, debes saber que el ecosistema donde se crían las reses (dehesa caliente o fría, zona de montaña o praderas), así como su alimentación (leche materna, pastos, forrajes, etc.) influyen mucho en el sabor de las distintas variedades de carne.Para ponértelo más fácil, la carnicería Raza Nostra pone a tu disposición Cata Horizontal de Razas Autóctonas Españolas y Otras Carnes Gourmet. Un cuaderno de cata donde podrás apuntar todas las características de la carne degustada y que te ofrece información sobre los aceites más especiales para prepararla y las sales más originales para aderezarla.
Además, en la tienda, podrás adquirir unas banderillas para identificar los distintos tipos de carne y un folleto explicativo sobre las diferentes razas.
Fases de la cata
No sólo el paladar disfruta con la comida. Todos sabemos que 'se come con los ojos'. Por eso, antes de sentarte a la mesa, puedes presentar la carne cruda sobre una bonita vajilla. Así podrás apreciar los diferentes matices de cada tipo de carne: colores, texturas... Ésta es la primera fase de la cata propiamente dicha: la fase visual.Después de disfrutar con la vista, no se te ocurra dejar de lado a tu pituitaria. El placer que sentimos en nuestras papilas gustativas cuando saboreamos un pedazo de carne no sería el mismo si no pudiésemos sentirlo también a través del olfato en la fase olfativa.
Por último, seguro que ya con la boca hecha agua, puedes pasar a la tercera fase de la cata: la fase gustativa. Aquí, no sólo se analiza su sabor, sino también otras características de la carne como su terneza, jugosidad o persistencia en el paladar.
Para cocinarla, sólo necesitas una plancha en el centro de la mesa para que cada comensal se haga la carne en el punto que le guste. También puedes poner distintos tipos de sales: Maldón, sal rosa del Himalaya, etc... para aderezar la carne.
Consejos y advertencias
Cuando organices tu cata, debes tener en cuenta tanto las características de las piezas que vas a ofrecer, como las necesidades de tus comensales. Es importante que sepas que, dependiendo de la edad del animal y de la pieza que elijas, el valor nutricional puede variar significativamente.La carne de ternera fresca contiene menos grasa que la carne de vacuno mayor. Es más digerible, aunque no tan sabrosa ni nutritiva porque contiene más agua. En el vacuno mayor es más abundante la grasa intramuscular, que le proporciona la jugosidad propia, si bien la cantidad varía según la pieza que se trate. Las chuletas, por ejemplo, contienen más grasa que el lomo o el solomillo.
Las cualidades nutritivas de la ternera la convierten en un alimento recomendable para todas las personas. Pero, aquellas con exceso de peso, con problemas de colesterol o triglicéridos tienen que elegir las partes más magras. Además, quienes tengan el estómago delicado deberán tomarla muy picada. Para ellos, puedes optar por colocarla sobre la plancha en forma de "minihamburguesas".
Propiedades nutritivas de la carne de vacuno
La carne es un alimento completo y básico para una dieta sana y equilibrada, destacando por su elevado contenido proteico. Con sólo 100 gramos de carne de vacuno tenemos cubiertas el 48 % de las necesidades diarias de proteínas y aminoácidos esenciales que son necesarios para funciones como el crecimiento y reparación de los tejidos de nuestro organismo.Además, la ternera es rica en vitaminas del grupo B: la tiamina y riboflavina son necesarias para un buen funcionamiento del sistema nervioso; la niacina ayuda al mantenimiento del crecimiento orgánico; la B5 y la B6, en el metabolismo de los carbohidratos y proteínas; y la B12 en la producción de hematíes.
En cuanto al aporte de minerales, destaca su alto contenido en fósforo, que estimula el desarrollo intelectual y que, junto con el calcio, son necesarios en la formación de huesos y dientes. También aporta magnesio, esencial para el funcionamiento orgánico; así como hierro para evitar las anemias.