Uno de los grupos de alimentos que mayor cantidad de beneficios para nuestra salud posee son las frutas. Pero las cantidades recomendadas quedan muy lejos de las que en realidad ingerimos. Muchos afirman que esta deficiencia se debe a que estamos acostumbrados a un pequeño número de variedades y comer fruta se convierte en rutina. A pesar de todo, existe una gran oferta de productos que pueden sorprendernos. La chirimoya es una buena opción para satisfacer a nuestro organismo.
Esta deliciosa fruta, con su dulce sabor y una gran cantidad de nutrientes para nuestro organismo, se puede preparar de muy diferentes formas. Te presentamos un alimento que, añadido a distintas recetas, puede romper la costumbre de tomar frutas. Enséñaselo a los más pequeños y disfruta con toda la familia de la chirimoya.
Desde el Nuevo Mundo
El chirimoyo, perteneciente a la familia de las Anonáceas, es un árbol originario de las zonas subtropicales de Perú y Colombia. Fueron los continuos movimientos migratorios entre el continente americano y el Viejo Mundo, que se desarrollaron durante los siglos XVI y XVII, los que permitieron que estos ejemplares llegasen a España.Las semillas que traían marineros y viajeros encontraron una morfología ideal para echar raíces en los terrenos de las vegas de la Costa Tropical de Granada-Málaga. En estas regiones se plantaron los chirimoyos de manera aislada y para consumo familiar. No fue hasta finales del siglo XIX y los primeros años de XX cuando se optó por su cultivo y se descubrieron las verdaderas posibilidades comerciales de su fruto.
La gran aceptación que la población manifestó por esta fruta y la indudable calidad de los cultivos, le ha valido a la producción de chirimoyas de esta zona meridional de la Península Ibérica la Denominación de Origen Protegida 'Chirimoya Costa Tropical Granada-Málaga', otorgada por el M.A.P.A. el 4 de octubre de 2002.
De esta forma, España, y más concretamente las citadas regiones andaluzas, se ha convertido en suministradora de chirimoya, llegando el consumo nacional al 90% de la producción total, y la exportación a países como Francia, Inglaterra u Holanda, al 10%.
En su estado óptimo
En algunos comercios desconocen cuál es el punto exacto de maduración de la chirimoya, por lo que la mantienen en cámaras y las ofrecen al público cuando su corteza presenta un color negruzco. El desarrollo de las frutas tropicales no pasa por una temporada en espacios refrigerados. Como su propio nombre indica, vienen del Trópico, y por ello, lo que necesitan es calor para madurar correctamente, y no el frío, que las echa a perder.
Conocer las frutas, no sólo significa saber cuáles son sus nutrientes o cómo podemos cocinarlas. También es importante descifrar cuándo están en su mejor momento para tomarlas. La chirimoya, en su punto óptimo, presenta un color verde oscuro en su fina cáscara. Además, la piel cederá con una simple pasada de los dedos sobre ella y la pulpa presentará un aspecto carnoso con tonalidades entre el blando y el marfil.
Si no esperamos a que la fruta esté madura, no disfrutaremos de su dulce sabor sin necesidad de añadirle azúcar u otros complementos.
Estallido de nutrientes
Para reforzar nuestra salud o para mejorarla, uno de los mejores aliados que encontramos en la naturaleza es la fruta. En el caso de la chirimoya, su gran aporte de nutrientes la convierte en una de las mejores opciones para cuidarnos al tiempo que disfrutamos de un dulce aroma y sabor.
Contiene minerales como el calcio, el fósforo y el hierro. Si el primero es una gran ayuda para prevenir y retrasar enfermedades de los huesos como la osteoporosis, al mismo tiempo que refuerza la calcificación, sobre todo de los dientes; el segundo es perfecto para fortificar la memoria de los más pequeños y de los ancianos.
Entre las vitaminas que puede proporcionar a nuestro organismo destacan las del grupo B: concretamente la B1, B2 y B6. También contiene vitamina C, muy recomendada para el tratamiento y la prevención de resfriados. Y, aunque presenta en menor medida, la vitamina A actúa como antioxidante y nos ayuda a mantener un cuerpo joven.
Por otro lado, su elevado contenido de fibra la convierte, como otras muchas frutas, en un laxante natural que ayuda en los procesos digestivos.
La chirimoya, por su fácil digestibilidad, está recomendada para niños en edad de crecimiento, ancianos y embarazadas. Además, su bajo contenido en sodio y grasas ayuda a pacientes con insuficiencia cardiovascular. Es también un buen aliado en las dietas de cura de la anemia y en los tratamientos destinados a personas con trastornos del sistema nervioso. Su gran aporte nutricional convierte a la chirimoya en una fruta con un magnífico poder saciante.
En la cocina: ideas para tomar chirimoya
Nuevas recetas y nuevos ingredientes están convirtiendo la cocina en uno de los campos más versátiles de nuestra vida diaria. Si hasta ahora sólo te planteabas tomar la fruta como postre o merienda, mira todas las opciones que ofrece la chirimoya.
Además de ingerirla al natural, sin más, cortándola por la mitad y cogiendo la pulpa con una cucharilla, puedes acompañarla con zumos naturales: por ejemplo de naranja.
Las ensaladas de fruta y verdura son una opción con gran éxito, sobre todo en los días de calor. Los ingredientes de la tierra permiten cientos de combinaciones para sorprender a todos los gustos y paladares.
Podemos optar también por lo más tradicional, elaborar mermeladas caseras, mousse, purés o helados. Todo para saborear y beneficiarnos de una inmensa gama de sabores y nutrientes de la forma más natural y sencilla: con la fruta.