La época estival y el calor nos traen la necesidad de tomar alimentos frescos y jugosos, como, por ejemplo, las ciruelas, que aunque están ya maduras en primavera, disfrutan en los meses de verano de su momento óptimo. Aunque no se conoce a ciencia cierta, se cree que el origen del ciruelo, árbol de la familia de las rosáceas, se sitúa en Anatolia y Persia, desde donde se llevó a Italia y se extendió por Europa.
En civilizaciones antiguas ya eran apreciadas por su excelente sabor. Fueron los romanos los que contribuyeron, mediante injertos, a aumentar la variedad. Hoy en día, de los más de 200 tipos diferentes, la más conocida y consumida es la ciruela claudia, que debe su nombre a la Reina Claudia de Francia, esposa de Francisco I.
Variedades y compra
A la hora de adquirir esta fruta es importante realizar una buena selección. En primer lugar, elegiremos el tipo concreto que queremos. Según la clasificación básica, nos fijaremos en el color de la piel:Las amarillas tienen alta cantidad de agua y un sabor bastante ácido.
Las de piel roja son aún más jugosas que las anteriores, y más dulces.
Ciruelas negras, destinadas fundamentalmente a la cocción, para elaborar mermeladas.
Ciruelas verdes con pulpa amarilla: son las llamadas ciruelas claudias, las más dulces.
Estos cuatro tipos engloban otras muchas clases. Una vez que hemos elegido la que queremos, seleccionaremos aquellas piezas con carne firme, que no estén ni blandas ni demasiado duras. Tampoco deben estar magulladas, abiertas ni tener la piel arrugada ni con manchas. Su olor debe ser agradable, y si están cubiertas de una película de polvo blanquecino, es síntoma de que se trata de un producto fresco.
Las ciruelas en la dieta
Están compuestas en su mayor parte por agua (más del 80% de su peso). Además, poseen una proporción destacada de hidratos de carbono, azúcares que aportarán energía inmediata al organismo. Su contenido en grasas es inapreciable y su aporte calórico es de 44 kcal por cada 100 gr de fruta fresca (si está desecada, el aporte es de 175 kcal).La fibra la hace recomendable para dietas de adelgazamiento; están compuestas también de sorbitol que, conjuntamente con la fibra, produce efectos laxantes. Estas propiedades aumentan en las secas.
Asimismo, aportan vitaminas, con propiedades antioxidantes. Destacan la A, en forma de carotenos, la E y la C. El mineral más importante es el potasio, aunque también contiene magnesio, calcio y hierro.
Las ciruelas en la cocina
Aunque la fruta fresca será un excelente tentempié o un refrescante postre, también pueden tomarse desecadas. Las que se destinan a la deshidratación son fundamentalmente las variedades 'stanley' y 'california'. Durante el proceso se elimina una gran proporción del agua que contienen, por lo que los nutrientes se concentran. En este proceso, la vitamina C se reduce considerablemente.Otro de los usos a los que se destinan es la elaboración de mermeladas. Aunque se venden preparadas, en casa también quedarán deliciosas. Maceraremos la fruta, pelada, troceada y sin el hueso, en azúcar (la misma cantidad que de fruta). Soltarán su jugo poco a poco. A continuación se hierve, hasta que el líquido se evapore, quedando una pasta homogénea. Para que se conserve durante una larga temporada, la envasaremos en frascos de vidrio, cerrados herméticamente al baño maría.
Por supuesto, las ciruelas pasas, al igual que las uvas, son el ingrediente de sabrosas salsas para acompañar carnes, como la caza, o formar parte de numerosas recetas de repostería.
Recetas con ciruelas
Esponjado de peras y ciruelas
Pastel de ciruela
Plum cake de ciruelas y pasas
Clafoutis de ciruelas y chocolate