¡Muy buenos días! ¿Que tal estáis? Hoy os traigo un post de cocina que hace mucho que no os traía ninguno y ya tenía ganas. He de reconoceros que en cuanto a cocina se refiere, soy una persona muy tradicional. No me gustan los congelados, ni la comida ya preparada y siempre que puedo intento preparar las cosas yo en casa. La diferencia de sabor para mí es brutal y, sobre todo con algunas cosas, me aseguro de que no contengan “E…” ni otras cosas que a mí me sientan muy mal. Es verdad que lleva más tiempo, pero yo a día de hoy, cuando me puedo permitir gastar algo de tiempo en la cocina, siempre me animo a hacer algunas cositas. Por ejemplo el gazpacho. Para mí no hay color entre un gazpacho tradicional hecho en casa y uno de bote; es verdad que se tarda un ratito, pero en realidad es poco y sueles preparar bastante cantidad para que te dure unos días
Eso mismo me pasa con las mermeladas ¡Me encanta prepararlas en casa! Las Navidades pasadas, Fran y yo preparamos muchísima mermelada de naranja amarga que me vuelve loca y se nos está terminando ahora porque salieron un montón de botes Y la verdad es que cuando te acostumbras a tomar ciertas cosas caseras, luego las que compramos en el supermercado te saben muy artificiales ¿Os ha pasado?
Esta vez nos hemos animado a preparar mermelada de arándanos. Tenía un antojo… Es una mermelada que me encanta y estaba deseando prepararla en casa nosotros mismos porque además, he leído mucho sobre los beneficios que los arándanos tienen para nuestro cuerpo.
Algunos beneficios de los arándanos.
La verdad es que no tenía ni idea de que los arándanos fuesen tan saludables y el motivo por el que estaba deseando prepararla es porque me encanta su sabor, pero ahora que sé que además tiene tantos beneficios para el organismo pues mucho mejor Por ejemplo:
Son ricos en vitamina C, antocianos y carotenoides que son unos potentes antioxidantes que ayudan a frenar la acción de los radicales libres.
Son ricos en fibra por lo que ayudan a mejorar y prevenir el estreñimiento.
Ayudan a prevenir infecciones, especialmente urinarias.
Mejora la circulación.
Mejora nuestro sistema inmunológico contribuyendo a reducir el riesgo de enfermedades degenerativas, cardiovasculares…
Favorece la absorción del hierro de los alimentos.
Ayuda a conservar la vista y a prevenir y mejorar muchas enfermedades. De hecho, los pilotos ingleses durante la II Guerra Mundial, descubrieron que si consumían habitualmente mermelada de arándanos, su vista mejoraba considerablemente y se adaptaba mucho mejor del paso de zonas muy poco iluminadas a zonas muy iluminadas.
Cómo preparar una rica mermelada de arándanos.
Lo primero que tenéis que hacer es encontrar los arándanos frescos porque no los tienen en todos los súpermercados ni fruterías. De hecho, yo sólo los encontré en fruterías gourmet y en El Corte Inglés que fue dónde yo los compré porque de los sitios en los que miré fue el más barato (2,5 € los 125g). Es un poco carito
Necesitáis:
250 g de arandanos (podéis poner más o menos, está es la medida que hice yo)
65 ml de agua.
1 limón
Y azúcar. Aquí tenéis distintas opciones según como de dulce os guste la mermelada. Podéis poner la misma cantidad de arándanos que de azúcar o un poco menos. Yo puse un pelín menos y se quedó bastante dulce aún así, pero eso va en gustos
Y ahora ¿Hacéis la mermelada conmigo? ¡Ha sido la primera vez que la hago así que aprenderéis de mis errores! Os he preparado unas fotos para ilustraros la receta y un vídeo para que me vais en modo amita de casa
Primero lavamos los arándanos muy bien.
Después, ponemos en una cazuela los arándamos y el agua y los vamos aplastando suavemente para que se vayan abriendo y soltando el jugo. Eih!!! Muy importante, poneros un delantal que manchan una barbaridad y luego no hay quien lo quite
Añadimos el azúcar y vamos removiendo bien para que se mezclé perfectamente.
Añadimos la ralladura y el jugo del limon. Yo no tengo rallador en casa, es lo que tiene llevar poco tiempo aquí ¡Te faltan mil cosas en la cocina de las que ni te acuerdas! Así que lo que hice fue cortar unos trocitos de piel con el cuchillo y añadirlos. ¡¡No lo hagáis!! Ya os dijé que aprenderíais de mis errores y este fue mi error, son demasiado grandes y no quedan bien ¡Se quedan muy duros!
Lo dejamos hervir a fuego lento durante unos 20 minutos o un poco más y vamos removiendo. Cuándo veamos que todo se ha mezclado perfectamente y empiece a solidificarse.
Ahora, cuando ya lo tenemos y con mucho mucho cuidado de o quemaros, echamos la mermelada en un bote de cristal dejando, como mínimo dos o tres dedos hasta el final. Cerramos el bote muy bien y le damos la vuelta para que se haga el vacio. Yo lo dejé enfriar así.
Y listo, ya tenemos nuestra mermelada. Ahora sólo hay que esperar a que se enfrie para poder disfrutarla.
Si os hubiese quedado más espesa de lo que os gusta, es tan fácial como añadirle un poco de agua del tiempo e ir removiendo muy bien para que se mezclé todo.
Espero que os haya gustado este post tan diferente, pero que a mí personalmente me aportan tanto. Si tenéis cualquier duda me decis y os deseo muy feliz fin de semana.
Un besito muy fuerte
Vane
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