Imagen: bark/Flickr
Un conocido chef televisivo dice siempre que es importante limpiar la cocina, es decir, ir recogiendo los residuos que generamos mientras cocinamos, así como ir limpiando los recipientes que empleemos. En esto tiene toda la razón: la higiene y el orden en la cocina nos harán mucho más amena esa tarea de cocinar.
Sin embargo, precisamente limpiar la cocina es una de las labores que menos gustan de las tareas de la casa. Esta estancia tiene ciertas zonas que se limpian a diario como pueden ser la encimera, los fogones o vitrocerámica y el fregadero, puesto que son las que se usan para manipular los ingredientes y preparar las recetas. Pero además de ese mantenimiento diario, cada cierto tiempo, hay que llevar a cabo una limpieza más profunda de toda la cocina con el fin de eliminar las huellas del uso diario de esta estancia de la casa, donde el humo y la grasa están tan presentes. Se debe dar un repaso al horno, al microondas, a los muebles, al frigorífico, a la campana estractora... Te damos consejos para que no te requiera mucho esfuerzo:
- Microondas: Una de las cosas más importantes de limpiar la cocina es quitar la posible suciedad adherida a sus paredes, caliente un vaso de agua en su interior al máximo. El agua se evaoporará y quedará condensada en las paredes. De esta forma, pasando una bayeta o un trapo se desprenderá la suciedad sin problemas.
- Horno: muchos de ellos son pirolíticos, es decir, a través de altas temperaturas consiguen desintegrar los restos de comida que se quedan en el horno después de cocinar. Si no es tu caso, la forma más fácil de quitar la grasa de su interior es mojar un trapo o bayeta en agua con un poco de amoniaco. Poner ese trapo en un plato y meterlo en el horno que antes habremos precalentado (pero ya apagado). Lo dejamos un par de horas y luego limpiar con otra bayeta la grasa que se desprenderá fácilmente.
- La campana extractora: recoge mucha grasa. En esta caso un desengrasante es el mejor aliado. Por un lado, se saca la rejilla y se pulveriza con un poco de ese producto. Se deja actuar y se frota con un cepillo pequeño. Por otro lado hay que limpiar el interior, pero con cuidado de no tocar el motor. En este caso, usa una esponja mojada con un poco de desengrasante y limpia con cuidado. Una vez limpia verás que funciona mejor y no genera olores. Aún así, si en ocasiones la campana no es capaz de absorver el humo y algunos olores fuertes. Prueba a quemar una hoja de laurel.
Imagen: bee-side(s)
- El frigorífico: La parte interior es fácil de limpiar. Las baldas se desmontan y se pueden fregar fácilmente con lavavajillas. El interior, con una bayeta con un poco de amoniaco es suficiente. Si vemos que aún así queda con olores, prueba a meter un recipiente con unos granos de café molido unos días. Además, en este electrodoméstico hay que prestar especial anterior a los tiradores. Son la parte que más gérmenes acumula de la cocina. Frótalos bien.
- Los muebles: pueden acumular polvo y migas que pueden atraer a los insectos. La parte interna se puede limpiar con un trapo húmedo y secarla bien con otro. La de fuera quedará brillante si limpiamos con una bayeta húmeda con un poco de amoniaco y secamos después.
¿Nos cuentas tus trucos y consejos para que tu cocina esté siempre limpia y lista para cocinar?