1. El primer paso es poner agua a cocer con limón, de esta forma vas a crear condensación y, gracias a la acción antigrasa del limón, te será más fácil limpiar los azulejos y dejarlos brillantes. Mientras el agua va cociendo, abre las ventanas y pon a lavar los trapos de cocina.
2. El siguiente paso es llevar a la práctica el método Konmari y vaciar todos los armarios. Lo ideal es ir uno por uno limpiando y guardando solo lo que consideres necesario. En poco tiempo, te darás cuenta de la cantidad de utensilios que llevas meses sin usar.
Es el momento para organizar la cocina de forma más racional, por ejemplo, reserva una gaveta para el desayuno, coloca las espumaderas y cucharas de servir cerca del fuego o utiliza un armario para moldes y utensilios de repostería. La meta es conseguir un orden que no cueste mantener.
3. Ahora llega el punto más delicado, el horno, la campana extractora y la placa de inducción. Sin lugar a dudas, son los tres electrodomésticos que más grasa concentran, ¡presta mucha atención!
En el caso del horno lo mejor es quitar las rejillas, pasar una bayeta y aplicar una pasta de agua y bicarbonato. Deja la mezcla actuar durante una hora y retira con agua. Rocía vinagre blanco con agua tibia para eliminar la suciedad de la placa y la campana.
4. ¿Cuánto hace que no limpias las ventanas? Si quieres que la luz de la primavera entre es el momento de prestar atención a los cristales. Evita el uso de productos químicos, bastará con un paño de algodón que no deje rastros y agua.
5. Llega el turno del suelo. Después de barrer bien, mezcla en un cubo agua, vinagre y unas gotas de tu esencia favorita. Una forma muy sencilla de perfumar y dar por finalizada la tarea.
Solo es cuestión de planificación y vencer la pereza. ¡Te esperamos en el próximo post de Vivienda Saludable!