Cuando llega el verano, aumenta considerablemente el consumo de determinados productos que tradicionalmente están asociados a él, como los helados o bebidas dulces y refrescantes: granizados, leche merengada, horchata... Estos postres los asociamos directamente con altos contenidos de azúcar y, en este sentido, caben muchas dudas sobre si su consumo es apto o no para las personas con diabetes.
Tener diabetes no debe significar tener que renunciar a estas delicias radicalmente, específicamente al helado: "la época veraniega no debe suponer una especial dificultad, sino un periodo de descanso y de disfrute como para todos lo demás", comenta el doctor Alba, endocrinólogo del Hospital Universitario de Canarias y Editor de la Revista Diabetes de la SED. Lo único que deben tener en cuenta es que los productos que consuman contengan la información necesaria para que ellos sepan los que sí pueden tomar y los que no.
Al rico helado
Los helados comerciales que todos consumimos están elaborados a base de leche y otros derivados lácteos. El especialista nos informa de que estos productos "según el CAE (Código Alimentario Español), deben presentar unas determinadas características en su preparación y composición", como son el contenido de sacarosa, los aditivos empleados y las calorías, entre otros. Estas cuestiones deben presentarse en etiquetas para que puedan ser leídas por los consumidores.
Los componentes que se agregan hacen que las personas con diabetes no puedan consumir estos helados en grandes cantidades, "puesto que su alto contenido en azúcares simples puede condicionar elevaciones importantes de la glucemia". Lo más recomendable es buscarse otras alternativas a estos productos. Una opción serían los helados lights en los que los niveles de grasas y azúcares simples son menores. Sin embargo, el doctor aclara que "no presupone que se puedan consumir en cantidades ilimitadas, sino que la cantidad admisible puede ser algo mayor por su contenido de ingredientes específico".
La información al poder
Adquirir estos helados bajos en grasas que son más recomendables para los diabéticos, es fácil. En prácticamente todos los supermercados y locales hosteleros se pueden encontrar. Incluso en algunas heladerías artesanales existen variedades de este postre con un letrero en el que se destaca que ese producto es 'apto para diabéticos'. Aunque contemos con todo esto, el doctor recomienda siempre "fijarse en su correcto etiquetado para ajustar su consumo a nuestras recomendaciones específicas".
A pesar de toda la información que puede haber sobre estos productos, es muy importante que una persona diabética, antes de consumirlos, se ponga en contacto con el equipo de educación diabetológica que la esté tratando para ver en qué cantidades es apto que los ingiera, puesto que no todas las personas diabéticas responden de la misma forma. El experto aclara que estos pacientes, "deben aprender de forma empírica, como con otras circunstancias de nuestra vida (situaciones de estrés, catarros), cuál es el efecto que les provoca su consumo".
Refrescos naturales
Al igual que ocurre con los helados, otros productos veraniegos como la leche merengada o la horchata, pueden ser consumidos por las personas diabéticas siguiendo las pautas mencionadas anteriormente. El doctor Alba nos recuerda que los carbohidratos y azúcares naturales, no añadidos, de los alimentos, "pueden disfrutarse con moderación como parte de una dieta equilibrada y de un estilo de vida activo".
Pero no sólo los helados o los refrescos lácteos pueden considerarse la única alternativa refrescante y deliciosa para paliar el calor estival. Las personas con diabetes y sin ella tienen a su alcance infinidad de frutas con un alto porcentaje de agua que les ayuda a combatir el calor y, además, son ricas en vitaminas y fibra. "También es importante incrementar el consumo de verduras, por ejemplo, en forma de apetecibles ensaladas", nos aconseja el especialista.
Como se puede comprobar, la vida de las personas con diabetes no se debe ver totalmente condicionada ante determinados alimentos. Deben controlar la cantidad que consumen de helados, pero no privarse totalmente de ellos. Por supuesto, si surge alguna duda, lo mejor es aclararla preguntando al doctor que lleva el tratamiento. Él mejor que nadie ofrecerá los mejores consejos para disfrutar de la manera más sana de las delicias del verano.