Cuando yo la hice, directamente no hubo banquete de ningún tipo. La economía no daba para ello. Lo máximo que disfrutamos fue unos caramelos que mis padres repartieron entre algunos niños amigos míos.
Luego, en los años 60, asistí a las de algunas primas del pueblo y, en este caso, el banquete consistía en un rico chocolate con churros que los padres, orgullosos, ofrecían en su casa para los amigos del niño o la niña y algunos familiares.
La de mis hijos, que ya la tomaron a finales de los 70, fue una celebración sencilla, pero un banquete muy
En cambio, ahora, veo que se hace en salones con todos los lujos, como una boda (con un precio igual de desorbitado) y con un menú con sus langostinos y su pescado que, si lo piensas, para la mayoría de los verdaderos protagonistas de esos días, los niños, no son sus platos preferidos.
Me quedo con ese chocolate con churros, con esas caras y trajes manchados, y con una felicidad en los ojos que no se olvida, reflejo de la alegría de estar entre sus amigos disfrutando del sabor de esa dulce merienda.
¿Qué has comido en la última comunión a la que asististe?