¿Acaso hay en España algo más nuestro que unos buenos churros con chocolate de ese espeso que tanto me gusta? Pues en días como hoy necesito chocolate y churros tanto como el comer. ¡Qué mejor quitapenas que un poco de chocolate! Y si es Valor mejor que mejor.
Pequeño inciso filosófico:
Cuando después de 17 años de profesión alguien te hace sentir inferior, no válida, nula en tu trabajo, no te deja avanzar y encima te tienes que callar, me revelo por dentro y me fastidia cómo se trabaja en este país. ¿Por qué hay en el mundo gente que tiene como objetivo hacer que los demás se sientan muy pequeños para ellos sentirse muy grandes? Y luego se jactan de ser buenas personas. ¿Por qué en este país algunos no soportan a la gente válida, inteligente y con ganas de seguir aprendiendo? ¿Por qué en lugar de aprovechar las habilidades laborales de sus trabajadores deciden hundirlas y enterrarlas? ¿Por qué hay que ser como borregos? ¿Es que las malas praxis una vez se instalan ya no se van? ¿Por qué se dice que “rectificar es de sabios” cuando luego la mayoría de la gente no lo cumple? Eso me pasa por ser buena y pensar que la gente me va a responder como yo suelo hacerlo. Parece mentira que con 38 años a veces sea así de inocente y boba. Pero bueno no os voy a agobiar que me pongo metafísica y filosófica. Precisamente ahora que la asignatura que más satisfacciones me dio y la que recuerdo con más cariño en el instituto ahora ya no está. Y eso que yo era de ciencias puras. Se ve que quieren educar a los NO PENSADORES desde que son adolescentes. De un plumazo desaparece la filosofía como tal. Pensar menos y obedecer más. Adiós al hombre racional, bienvenido el Neanderthal. Con lo que me gusta mi país, a veces me dan ganas de mudarme, de verdad.
En fin ¿y por qué os cuento yo todo este rollo? Porque he tenido un mal día y no puedo acabar hoy sin plasmar mi rabia en algún sitio. Afortunadamente el abrazo de una compañera, de mis hijas y de mi marido me han curado un poco mi alma herida. Pero como dijo Escarlata O’Hara en Lo que el viento se llevó “Después de todo, mañana será otro día”. Porque después de todo, hace unos días he podido cumplir un sueño, el de mi marido, ver en concierto a uno de los más grandes grupos de rock de todos los tiempos, U2, así que arriba el ánimo Patri!!!!!
Seguimos con la receta:
Y ahora vamos con esa receta sencilla y tradicional. Hoy no he tenido que buscar la receta en un libro, ni en un blog sino con el boca a boca. En casa de mi suegra tanto ella como sus hermanas hacen esta receta en casa desde hace mil años. El único truco importante a la hora de hacer la masa del churro es añadir el agua hirviendo a la harina. Si además tienes en casa una de esas churreras que facilitan el trabajo mejor que mejor, si no, con una manga pastelera y una boquilla de estrella también se puede hacer. Pero os advierto que la masa no es fácil de trabajar, es como un engrudo, no lo habéis hecho mal no, es así, no es líquida ni elástica ni manejable. Es tosca y densa. Lo bueno de esta receta es que como los buñuelos, se hace mejor entre dos, en familia o entre amigos siempre mejor. Uno se encarga de la masa mientras el otro los fríe. No es la primera vez que los hago pero sí la primera que los fotografío.
Si os asomáis al recetario veréis que ya he publicado casi 200 recetas. Pues bien tengo una amiga, Paqui, a la que no le gusta el dulce. Ni tartas, ni bizcochos, ni magdalenas, ni galletas, nada dulce. De toda la repostería que he hecho sólo ha comido buñuelos de calabaza y estos churros. Así que es todo un honor haber encontrado dos postres que le gusten. Tengo que encontrar alguno más, es todo un reto!!!!!
Como veréis en la lista de los ingredientes son muy básicos, harina de trigo normal, agua hirviendo, una pizca de sal, una pizca de bicarbonato y un poco de azúcar. No os hace falta ni báscula. Basta un simple vaso de los de nocilla de toda la vida o similar. La misma cantidad de agua que de harina. No hace falta tamizar ni sacar el batidor ni el robot de cocina, basta con una cuchara de madera. Podéis hacerlos sin churrera, con manga pastelera pero la verdad es que con la churrera es más fácil. La mía es de plástico y lleva un émbolo que para empujarlo basta con girar una pieza, sin esfuerzo, la masa sale sola. Podéis hacer tiras largas y doblar la masa juntando los dos extremos o hacerlos simplemente como bastones. Es tan fácil que no volverás a comprar los congelados ni a bajar a la churrería. Y si quieres puedes formar los churros y en crudo colocarlos sobre un papel de horno alineados y una pequeña bandeja y congelar. Cuando ya estén duros los puedes guardar en bolsas con cierre zip. Y así tienes desayuno rápido y rico el fin de semana. ¿Te animas?
Si vas a hacer los churros acompañados de chocolate a la taza te recomiendo que primero prepares el chocolate, yo suelo utilizar el de toda la vida, el preparado en polvo de ValorCao de chocolates Valor. Leche caliente a la que se le añade 50 gr de preparado por cada 200 ml de leche entera y a fuego lento sin dejar de remover hasta que hierva. Retirar del fuego y cuando los churros estén listos sólo hay que darle un ligero calentón al chocolate a la taza. Yo hiervo un poco de agua y la vierto dentro de la chocolatera de barro para atemperarla. El juego es de mi suegra, así que es de prestado. ¿A qué es bonito? Me encanta el aura que tiene el menaje antiguo.
Churros caseros
INGREDIENTES (para 24 churros):
– 2 vasos de harina
– 2 vasos de agua
– una pizca de sal
– 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
– Azúcar para espolvorear, al gusto
– Aceite de oliva suave
En un bol ponemos la harina con el bicarbonato y en un cazo llevamos a ebullición el agua con la sal.
Añadimos el agua hirviendo al bol con la harina de una sola vez con cuido de no quemarte y con la ayuda de una rasqueta rígida o de una cuchara de madera removemos durante un minuto de manera que toda la harina se “moje” de agua. Quedará una masa densa, como un engrudo, grumosa y difícil de manejar. No te preocupes no has hecho nada mal, es así. No caigas en la tentación de añadir agua para suavizarla.
Llena la churrera o la manga pastelera con cuidado de no quemarte.
Pon una sartén con aceite a calentar, cuando esté bien caliente (ojo, sin llegar a echar humo) ves formando los churros y vertiendo con cuidado de no salpicarte de aceite.
Deben estar dorados y crujientes por fuera pero no secos por dentro así que hay que freirlos lo justo, doraditos, no más.
Y así por tandas hasta que acabemos con toda la masa.
En forma de lazo o alargados, al gusto, como si queréis hacer un ocho.
Y lo mejor, untar el churro en el chocolate Valor.
Como veis en las fotos estos churros no dejan aceite en el papel secante, el truco está en utilizar el agua hirviendo en la masa. Un poco de azúcar espolvoreado, a mí no me gustan rebozados, sólo un poco de azúcar.
¿Os animáis a hacer churros caseros?
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