Estos días en los que hace frio, recordaba con mi marido éstas sensaciones, y nos pusimos manos a la obra, pero algún que otro inconveniente, no teníamos la maravillosa churrera de mi madre, y no habíamos hecho churros en nuestra vida, tan sólo disponíamos de la receta.
He de decir que al principio no fue todo color de rosa, pero a medida que fue pasando el tiempo fuimos mejorando la técnica y el resultado reconozco que fue fantástico. La receta es muy sencilla.
250 gr Harina
Sal
250 ml Agua
Churrera o manga pastelera
Pesamos los ingredientes , como era para probar, no quise hacer mucha cantidad, pero es la perfecta para merendar 2 personas.
Calentamos el agua con una cucharadita de sal y añadimos de golpe al bol donde habremos puesto la harina.
Ahora con una cuchara de madera removemos hasta obtener la masa. Queda un poco pegajosa, pero creo que es la textura adecuada.
Ahora si tenéis una churrera, es el momento de poner la masa en la misma. Yo he acudido a las típicas mangas pasteleras de un sólo uso y que nunca me faltan en la despensa. He elegido una boquilla con estrella para que los churros se parezcan lo más posible a los que comemos, pero supongo que cualquier boquilla servirá.
Como siempre he oído que los churros saltan mucho y que hay que tener cuidado lo que he hecho es no meterlos en el aceite directamente. Puse sobre la encimera un papel de horno y fui poniendo los churros sobre el mismo. Luego con una tijera fui separándolo en porciones individuales y cuando el aceite estaba caliente los fui añadiendo con el papel. Cuando van estando el papel se desprende solo.
Los vamos depositando sobre un papel absorbente y a disfrutar. Un chocolate calentito o un vaso de leche serán el mejor acompañante.
No tienen mala pinta, ¿verdad?. Si os soy sincera nos supieron a gloria y los disfrutamos muchísimo.
¿Te animas?
BUEN FIN DE SEMANA