Con la aparición de las nuevas tendencias estéticas y culinarias, el té verde es infusión milenaria vuelve a cobrar protagonismo. Presente en nuestras vidas desde hace siglos, bien como bebida, bien como remedio natural en la medicina tradicional, se ha hecho de nuevo un hueco para recordarnos las ventajas que reporta si lo incluimos en nuestra dieta diaria. Una de las variedades que más se ha popularizado es el té verde. El motivo, la larga lista de beneficios que aporta a nuestra salud; y así lo han reconocido dietistas y endocrinos de todo el mundo.
Un poco de historia
El origen del té verde se remonta al año 2.500 antes de Cristo, en China. Durante siglos ha sido la bebida más célebre en los países asiáticos; los taoístas llegaron a reconocerla como el "elixir de la inmortalidad". Fue hacia los siglos XI-XII cuando su consumo se extendió a Occidente y hoy, el té es la segunda bebida más consumida después del agua.El cultivo del té verde se desarrolla en casi todas las zonas tropicales y subtropicales, donde China es el principal productor del mundo. Hoy en día, a pesar de su popularización, continúan siendo Japón, la India y de nuevo China, los países que más lo consumen.
Procede de la Camellia Sinensis; un árbol del que se extrae tres clases de tés diferentes: el té negro, el Oolong y el té verde. Éste se obtiene exactamente de la punta de sus hojas y su elaboración varía según su procedencia: en Japón se cuecen sus hojas, mientras que en China sólo se calientan. A parte de esto, el resto del procedimiento es el mismo: se las deja secar y no se procesan mucho, para que de esta manera, el té verde mantenga una importante cantidad de antioxidantes, que serán la principal fuente de sus beneficios.
Información nutricional y propiedades
Sus principales componentes son la cafeína, teofilina, teobromina, teína y vitamina C. Sin embargo, el té verde también contiene vitaminas A, B-2, E, B-9 o ácido fólico, aluminio, flúor, selenio, sodio, potasio, cromo, calcio, cobre, cinc, fósforo, magnesio, hierro y manganeso.
Propiedades
Estimula el cuerpo gracias a su contenido en cafeína; mitiga la fatiga física y mental.
Refuerza la memoria y calma los sueños pesados y los problemas nerviosos.
Gracias a los polifenoles, el té verde posee propiedades anticancerígenas y ayudan a proteger la piel del sol a la vez que actúa como bronceador.
Mejora la vista y alivia los dolores de cabeza. Colocando unos paños húmedos y fríos sobres los ojos hinchados, reducirás la inflamación.
Cura la falta de apetito, además de ser un complemento idóneo para las dietas, ya que estimula la eliminación de grasas. Por eso, es un buen remedio para luchar contra la obesidad.
Atenúa el envejecimiento y el desarrollo de enfermedades degenerativas.
Previene enfermedades cardiovasculares: reduce la formación de coágulos en la sangre.
Es broncodilatador: descongestiona las vías respiratorias y alivia enfermedades como el asma o las alergias.
Disminuye el colesterol LDL (malo) y, a su vez, aumenta el bueno HDL.
Calma las digestiones pesadas y redime problemas digestivos como la gastroenteritis.
También actúa como diurético, depura los riñones y reduce los cálculos renales.
Protege de la aparición de caries gracias al flúor y contribuye a una buena absorción del hierro si lo mezclamos con leche.
Cuidado con los abusos
El té verde, al igual que el café, contiene cafeína; aunque en mucha menor proporción. Éste es un estimulante que debemos tomar con moderación. Cantidades excesivas de cafeína pueden acarrear problemas de estreñimiento, indigestión, insomnio, taquicardias y nerviosismo.Si lo tomas muy concentrado o lo haces en ayunas, puede producirte un gran malestar. Por eso es importante que lo dejes reposar antes de beberlo para que la concentración de teína y cafeína disminuya. No se debe dar té a los niños y, si estás tomando medicamentos, fíjate en si es compatible o no con ellos.
Cómo hacer el té
Preparar té es muy sencillo; tan sólo necesita agua y reposo:
Pon a calentar el agua. Mientras esperas a que hierva, añade a tu tetera el té. Una vez caliente, vierte el agua en la tetera y deja que repose durante unos cinco o diez minutos. Es importante que lo dejes reposar para que el té se diluya bien y el sabor se concentre (a la vez que el nivel de cafeína disminuye). Luego, sírvelo. Te aconsejamos que lo hagas en vasos estrechos y pequeños. Aunque no lo creas es más cómodo y se disfruta más. Y siempre podrás recurrir al que queda en la tetera que, además, se mantendrá caliente por más tiempo.
El té verde es muy popular en Japón; de hecho, es la única variante que cultivan y producen. Muchos de ellos son muy populares en el país; éste es el caso del Gyokuro, el Sencha OP Fukujyu o incluso el Matcha, que es el que se sirve en la clásica ceremonia del té japonesa. Su sabor, aroma y color variarán según la clase que estés preparando:
Sencha OP Fukijyu: tiene un sabor suave, a verduras y su color es amarillo.
Genmaicha: lleva maíz inflado y granos de arroz. Su sabor es ligeramente salado y es de color marrón.
Gyokuro: sabe a hierba cortada.
Kokeicha: es de sabor fuerte y su color, amarillento.
Bancha: con un sabor suave a heno, posee un bajo contenido en cafeína.
Lung Ching: es idóneo para relajarte y despejar tu mente.
Gunpowdwer: agridulce. Está enrollado en bolitas que se abren al calentarse el agua. Se toma con azúcar y menta.
Matcha: de color jade, su sabor es refrescante.
Pi Lo Chun: se diferencia del resto por su aroma a frutas.