A veces, el detalle más sencillo encierra todo lo que alguien necesita. En San Valentín, por ejemplo, siempre buscamos recetas pomposas, muy elaboradas y aparentes. Pues bien, esta vez te ofrecemos un cambio, una alternativa humilde y efectiva. Llévale a la cama éste huevo frito con el corazón en la yema, acompáñalo con unas tostadas, con unas lonchas de bacon, con algo de queso, con lo que quieras. Es más, olvídate de San Valentín, regálale este huevo cuando menos se lo espere, demuéstrale que los gestos de amor, como el cariño, no están ahí sólo para las ocasiones especiales, que cada momento del día es vuestro momento, que el corazón siempre está ahí, a todas horas, y que incluso un huevo frito puede ser el mejor regalo si te lo da la persona a la que quieres.
Así pues, compra un pequeño molde metálico con forma de corazón y hazte con un huevo, te prometo que no te vas arrepentir, lo utilizarás casi todos los días Cocina primero la yema dentro del molde engrasado, sin que llegue a cuajarse por completo. Después retira el molde con cuidado y añade la clara en torno a la yema. Deja que el huevo termine de freírse y listo. Te lo explicamos con detalle en el vídeo de aquí abajo. ¡Buen provecho! :)