La India aparece como referente cuando buscamos los orígenes de esta popular hortaliza. Las zonas tropicales y subtropicales del continente asiático fueron las tierras donde comenzó a cultivarse. En su viaje hasta España en la Edad Media, pasó por Egipto primero. Se extendió después por Turquía y el resto del Mar Mediterráneo hacia el interior de Europa.
Sin embargo, la aplicación en la cocina de esta hortaliza de la familia de las solanáceas es posterior, puesto que hasta el siglo XVII, su uso se encaminaba a calmar quemaduras y a bajar inflamaciones. Durante mucho tiempo, y debido a la mala fama que adquirió por las enfermedades que causaba el consumo de variedades no comestibles, fue empleada más como un elemento estético, decorativo, que como un alimento.
Conociéndola
Es una planta herbácea, de crecimiento lento y de carácter anual, aunque se considera que la mejor época para cultivarlas es el verano. Su forma general es de baya, aunque puede variar su aspecto: esférico, oblongo o alargado. Los colores también varían, aunque la clase que más observamos en el mercado es la de color morado. Otras tonalidades de este hortaliza son el negro, el blanco o el verde.
Precisamente, la forma y el color son las que determinan la clase de berenjena ante la que nos encontramos. Aunque existen cultivos híbridos, son
principalmente dos los tipos que tienen aceptación significativa dentro del mercado: la variedad globosa, casi esférica y negra o violeta muy oscura; y la semi larga, más alargada, estrecha y de menos peso.
Valor nutritivo
Todas las hortalizas y verduras son conocidas por su aporte nutritivo, por lo que son muy aconsejables para introducir en la dieta diaria. En concreto, la berenjena tiene mucha agua y potasio. Las cantidades menos significativas son las de proteínas, hidratos de carbono, grasas y fibra. También tienen calcio, magnesio, fósforo y vitamina C.
Aunque algunas dietas para reducir peso aconsejan tomar esta hortaliza cruda, lo cierto es que nunca debe consumirse de esta manera porque contiene unas sustancias perniciosas para la salud. Es importante que las berenjenas se conserven frescas, sin tocar otras verduras y frutas que pueden estropearlas antes debido al gas que desprenden.
En la cocina La berenjena ha ido adquiriendo cada vez más protagonismo en la cocina. Multitud de recetas permiten tenerla como ingrediente principal. Su pulpa de sabor y textura suave la hace muy atractiva, por ejemplo, para prepararla a la plancha, aderezada con un poco de sal, aceite de oliva y orégano. Junto con el calabacín o los pimientos, se puede convertir en la estrella de una parrillada de verduras.
Además de rebozada, una forma de prepararlas que cada vez más gente se anima a probar es rellena. Para hacerlas hay que partir la berenjena por la mitad, extraer la pulpa y mezclarla con los ingredientes que deseemos y la salsa que más nos apetezca, aunque ésta suele ser la bechamel. Después, la propia cáscara de la berenjena hace de cuenco donde se pondrá la mezcla para llevarla al horno.
Si hay verduras y hortalizas que para muchos pueden resultar aburridas porque no les ven mucho uso en la cocina, éste no es el caso de la berenjena, que cuenta con infinidad de recetas en las que se puede emplear.
Recetas:
Berenjenas con hierbas aromáticas
Ensalada templada de berenjena y tomate
Berenjenas rellenas de gambas y espárragos