Todos deseamos tener buena salud y sentirnos bien; nadie quiere estar enfermo. Sin embargo, unos hábitos alimenticios incorrectos hacen que el cuerpo enferme, aunque esto se podría evitar. Una nutrición correcta hace que nuestro cuerpo esté bien y ayuda a evitar las enfermedades. Sólo tenemos un cuerpo y hay que protegerlo durante toda la vida.
Entre las clases de dietas conservadoras cada vez se reconoce más que el bienestar requiere otro tipo de componentes denominados 'fitoquímicos', que se encuentran en las plantas. Aunque no se consideran nutrientes esenciales, proporcionan una importante protección contra las toxinas, el cáncer y otros trastornos comunes del cuerpo.
Productos vegetales: verduras frescas, frutas, legumbres, cereales integrales, hierbas y frutos secos sacian el hambre y proporcionan los nutrientes, la fibra y los agentes protectores necesarios; al mismo tiempo, permiten realizar una dieta baja en calorías fácil y accesible. Aportan sabores y aromas únicos y muchos se pueden, y se deben, comer crudos sin preparaciones especiales. Cocinarlos ligeramente (al vapor o a la plancha) permite conservar los componentes beneficiosos. Una dieta vegetariana puede ser muy sencilla de preparar y casi no hay que limpiar la cocina.
La sociedad consume una dieta alta en calorías, baja en fibra, vitaminas y minerales y deficiente en fitoquímicos. La obesidad se ha convertido en grave problema de salud. Esta dieta, cuyas características son nocivas y perjudiciales para la salud, se podría corregir con una dieta vegetariana sencilla y económica.
Este término hace referencia a un gran grupo de componentes vegetales que ayudan a obtener y mantener una buena salud. Algunos ejemplos son:
El sulforafano, presente en las crucíferas (brécol, coliflor, repollo, etc.), aumenta la síntesis de las enzimas responsables de eliminar los carcinógenos. Estas verduras también contienen sustancias protectoras como los isotiocianatos aromáticos, glucosinolatos, indoles, fenoles y ditioetiones.
Los carotenos, presentes en frutas y verduras de color amarillo, los licopenos en los tomates, la alicina en el ajo y la cebolla, la curcumina en la cúrcuma, los fitoestrógenos en las habas de soja, el gingerol en el jenjibre, la quercitina y el limoneno en los cítricos son sólo algunos ejemplos de los fitoquímicos que pueden proteger contra alergias, trastornos cardíacos, artritis y otras enfermedades degenerativas.
No es necesario esperar pruebas definitivas de las propiedades individuales de cada fitoquímico. Comiendo abundante cantidad de diferentes frutas y verduras obtenemos la protección necesaria para tener buena salud. Ser vegetariano es importante por otros motivos además de 'evitar comer carne y productos animales'. Los productos vegetales que imitan a los productos animales podrían carecer de fitoquímicos aunque sean completamente de origen vegetal.
Una dieta sana incluirá varias raciones diarias de frutas y verduras, de diferentes colores: rojo, amarillo, naranja, morado, verde. Hay que tomar regularmente algunos alimentos comunes como, por ejemplo, brécol, zanahorias, habas y productos de soja, ajo, cebolla, coliflor, lechuga, repollo, berenjena, pimientos, maíz, cereales integrales, cítricos, piña, mango, manzanas y plátanos. Este tipo de dieta, junto con un estilo de vida saludable, permite conseguir una buena salud, protegerse contra toxinas y enfermedades degenerativas y aumentar la esperanza de vida.
(*) El profesor Floyd W. Dunn ha sido profesor en Tailandia desde 1958 hasta ahora. Es profesor de bioquímica y su investigación se centra en la síntesis de aminoácidos y péptidos poco usuales, el cáncer y la prevención del cáncer.