Después de la insistencia de la mayor parte de los productores para establecer una marca común para los vinos de gama media (los llamados Vinos de la Tierra, que se sitúan entre el de mesa y las Denominaciones de Origen), el Ministerio de Agricultura por fin ha decidido lanzar una propuesta para regular una nueva categoría oficial con el nombre de Vinos de la tierra de los "Viñedos de España". Según la FEV (Federación Española del Vino), se trata de una gran noticia que gran parte del sector ha acogido con satisfacción.
Y es que, según la normativa europea, se prohíbe etiquetar un vino con información sobre añada y variedad si no dispone de indicación de origen, aunque se pueda demostrar que el caldo pertenece a ese lugar. Esta traba provoca que los vinos intermedios que se producen en España no estén obteniendo el lugar que merecen en el mercado, desplazados por las calidades de las denominaciones de origen y los grandes volúmenes del granel.
Según la Federación Española del Vino, los mayores consumidores, anglosajones y nórdicos, están reclamando vinos sencillos de importe moderado, pero con calidad y que puedan identificar fácilmente, "un segmento", tal y como la FEV reconoce, "difícil de cubrir con vinos de orígenes geográficos concretos, sometidos a mayor variabilidad en climatología, cosecha y precios".
Mayor fuerza en el mercado exterior
La nueva categoría que propone el Ministerio puede servir para agrupar esos vinos de calidad media bajo una identificación que remita inequívocamente a España como lugar de producción, haciéndoles mucho más reconocibles para el consumidor extranjero, además de incorporar información fundamental relativa a la variedad de uva utilizada y la añada. Para la FEV esta indicación es compatible y complementa las Denominaciones de Origen.A pesar de que casi todo el territorio español está representado bajo esa etiqueta llamada "Viñedos de España", algunas comunidades no tendrán representación: es el caso de Canarias, Baleares, Asturias y Cantabria. Esto no significa que la indicación no pueda abrirse en un futuro a zonas aún no incluidas.
El objetivo, en cualquier caso, es mejorar los resultados de la venta de vinos españoles tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Para ello, se estipulará un precio adecuado que permita un consumo cotidiano, y salir del patrón actual, en el que sólo se toma vino en momentos puntuales, ocasionales o festivos.
Respecto al exterior, el director general de AVIMES (la Asociación Empresarial de Bodegas de Vinos de España), Rafael Puyó, considera que esta nueva indicación permitirá competir mejor en Estados Unidos o Reino Unido frente a los caldos de la marca país de Australia o Chile. Por supuesto, la calidad y trazabilidad se mantendrán en el habitual alto nivel de rigurosidad que caracteriza al sector vitivinícola nacional.