Para conseguirlo, Avimes (la Asociación Empresarial de Bodegas de Vinos de España), junto con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), está organizando algunas iniciativas de promoción, entre las que destaca el "I Concurso, oficialmente reconocido, de los mejores vinos de la tierra españoles" (correspondiente a los mejores caldos de 2005).
El acto de entrega de diplomas se celebró el 9 de enero en el Ministerio de Agricultura, coincidiendo con la clausura de la Asamblea General Anual de Avimes. Asimismo, se presentó el Estudio "Las posibilidades de desarrollo del consumo interno en España de vinos españoles, de cualquier tipología", patrocinado por el Mapa y Avimes, que ha sido realizado por la consultora AC Nielsen.
Los galardonados
Los participantes en el Concurso de mejores Vinos de la Tierra españoles podían aspirar a premio en las siguientes categorías: tintos de guarda, tintos jóvenes, blancos y rosados. La participación en esta primera edición ha sido modesta: un total de 54 bodegas, 101 vinos y 10 indicaciones geográficas.Tintos de guarda: Medalla de oro para Bodega Los Aljibes (Vino de la Tierra de Castilla), Aljibes 2003. Los accésit han reconocido a Pago Florentino 2003 y Solaz 2003, ambos vinos de la Tierra de Castilla.
Tintos jóvenes: Medalla de oro para Bodegas Casa de la Viña (Vino de la Tierra de Castilla), Albor Tempranillo 2004. Los accésit recayeron en Infinitus Cabernet Sauvignon 2004 y Bonjorne 2004, ambos vinos de la Tierra de Castilla.
Blancos: Medalla de oro para Belondrade S.L. (Vino de la Tierra de Castilla y León), Quinta Apolonia 2004. Fueron accésit Valonga Chardonnay 2004 (Vino de la Tierra Valle del Cinca) y Vino Dulce Moscatel 2004 Riberas de Marco Fabio (Vino de la Tierra Valles de Sadacia).
Rosados: Medalla de oro para Bodegas Castelo de Medina (Vino de la Tierra de Castilla y León), Viña Castelo 2004. Los accésit fueron a parar a Señorío de Iniesta 2004 (Vino de la Tierra de Castilla) y Vega de Luchán Rosado 2004 (Vino de la Tierra Ribera del Gállego-Cinco Villas).
Únicos y asequibles
Los vinos de la tierra nacen como una respuesta a la necesidad de los bodegueros de dar salida a un vino de calidad que no se encuentra inscrito dentro de las exclusivas Denominaciones de Origen, pero que no por ello deja de tener una solvente calidad. Además de que muchos podrían aspirar a obtener este distintivo, la mayoría proceden de zonas con gran tradición vinícola.Para el consumidor, por su parte, suponen una excelente forma de disfrutar de buenos caldos a un precio asequible y, a su vez, estar informado de datos que la normativa prohíbe ofrecer a los modestos vinos de mesa; éstos son la Indicación del área geográfica de origen, las variedades de vid utilizadas y el año de su elaboración (cosecha o añada). Además, en su producción se mantienen estrictos controles de trazabilidad.
La normativa de este producto aparece ya en los reglamentos de la Unión Europea desde 1987, pero no fue hasta 1999 cuando comenzó su andadura en España. La iniciativa fue pionera en Castilla-La Mancha al aparecer la marca Vinos de la Tierra de Castilla. Pronto le seguiría Castilla y León. Se trataba de un distintivo muy adecuado (de cierto prestigio y, a la vez, flexible en cuanto a producción se refiere) para la comercialización de los vinos de muchas bodegas, entre ellas, importantes grupos vinícolas (Osborne, Félix Solís, Berberana, Hijos de Alberto Gutiérrez, González Byass, etc).
Dentro del nombre genérico Vinos de la Tierra encontramos las siguientes indicaciones geográficas: 12 en Andalucía, 6 en Aragón, 1 en Asturias, 6 en Castilla y León, 4 en Castilla-La Mancha, 2 en la Comunidad Valenciana, 1 en Extremadura, 2 en Galicia, 5 en Baleares, 1 en Canarias, 2 en Murcia y 1 en La Rioja.
José García-Carrión, presidente de Avimes, expresó en el acto de entrega de galardones la necesidad de "unificar bajo una misma marca" estas indicaciones y crear una denominación genérica "Vinos de la tierra de España", destinada a mejorar la comercialización de nuestros caldos en el exterior. Una idea que ya llevan tiempo barajando muchos bodegueros y que sería, sin duda, un buen aliciente para el consumidor extranjero, obligado a navegar en un maremágnum de distintivos, orígenes y marcas.